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Trump, acero y aluminio, ¿habrá nueva guerra comercial?


2018-03-05

Por Diony Sanabian | Prensa Latina

El plan del presidente estadounidense, Donald Trump, de imponer aranceles de 25 y 10 por ciento a las respectivas importaciones de acero y aluminio, parece hoy otro propósito nacionalista capaz de causar creciente malestar a nivel mundial.

Tras el anuncio hecho por el mandatario hace dos días, con la proyección de concretar tal propósito la próxima semana, las reacciones de indignación al respecto surgieron desde diversas partes del orbe.

Varios socios comerciales de Estados Unidos instaron a reconsiderar estas opciones y se refirieron a las consecuencias que traerían las medidas en detrimento de todos.

A juicio del vicepresidente de la Comisión Europea, Jyrki Katainen, queda 'una pequeña posibilidad' para evitar una guerra comercial con Estados Unidos pues Trump aún no firmó las propuestas.

Esperamos que él reconsidere sus intenciones, apuntó el político de Finlandia, citado por reportes de prensa, y quien estima que en esta clase de conflictos solo existen víctimas, no ganadores.

Según Trump, 'cuando un país (Estados Unidos) está perdiendo miles de millones de dólares en el comercio con prácticamente todos los países con los cuales tiene negocios, las guerras comerciales son buenas y fáciles de ganar'.

'Por ejemplo, cuando perdemos 100 mil millones con un país concreto y se muestran satisfechos, ya no comerciamos más, y ganamos a lo grande. ÂíEs fácil!, agregó ayer en su cuenta personal de la red social Twitter.

Consideró que la industria de acero en su nación está en mal estado, y ante esa situación y fiel a su retórica nacionalista 'se debe proteger a los trabajadores estadounidenses'.

Después de esos tuits, el jefe de la Casa Blanca anunció además que pronto Estados Unidos impondrá tasas recíprocas a las importaciones de sus socios con el fin de disminuir el déficit comercial norteamericano.

'Cuando un país grava nuestros productos a, digamos, 50 por ciento, y nosotros gravamos el mismo producto que entra a nuestro país a cero, no es ni justo ni inteligente, apuntó el gobernante en la plataforma de microblogging.

Durante una reunión con ejecutivos de la industria siderúrgica el jueves último, en la cual informó sobre la imposición de los aranceles al acero y el aluminio, Trump prometió la reconstrucción de cada uno de esos sectores.

Por primera vez en mucho tiempo estas importaciones tendrán protecciones, sostuvo el mandatario en el encuentro, que fue convocado, según informaciones de prensa, de manera apresurada después de horas de confusión sobre un posible anuncio al respecto.

Trump ordenó el año pasado al Departamento de Comercio que revisara el proceso para la adquisición de ambos metales, y tiene un plazo hasta el 11 y el 19 de abril para tomar una determinación sobre cada uno.

Ante este contexto, los críticos de las decisiones del gobernante temen que otros países tomen represalias o utilicen la seguridad nacional como pretexto para imponer sus propias sanciones comerciales.

La Unión Europea debe reaccionar de manera firme a los aranceles aduaneros punitivos de Estados Unidos, que amenazan a miles de empleos en el continente, sostuvo en un comunicado el ministro alemán de Asuntos Exteriores, Sigmar Gabriel.

Desde México, la Cámara Nacional de la Industria del Hierro y el Acero pidió que se responda de forma recíproca e inmediata a la eventual imposición de tarifas estadounidenses.

Opinó que dejar a México fuera de semejantes medidas sería fundamental para 'evitar una guerra comercial que afectaría las cadenas productivas de ambos países'.

China recomendó la víspera a la administración norteamericana restringir el uso de medidas proteccionistas y respetar las reglas del comercio internacional.

Si todos los países siguieran el ejemplo de Estados Unidos, eso tendría un grave impacto en el orden comercial, dijo Hua Chunying, vocera del Ministerio chino de Relaciones Exteriores.

En tanto, el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, calificó de 'totalmente inaceptable' la intención de Trump de imponer los referidos aranceles.

Destacó en una rueda de prensa que la integración de los sectores del acero y el aluminio en Canadá y Estados Unidos ha creado millones de empleos a ambos lados de su frontera, y beneficia a compañías y trabajadores.

Estados Unidos tiene un superávit de dos mil millones de dólares con Canadá por lo cual consideramos la imposición de tarifas totalmente inaceptable, recalcó.
 



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