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Sin popote, ni cañita ni pitillo ni sorbete, por favor 


2018-03-12

Daniel Victor, The New York Times

Ciudades en Estados Unidos como Malibú, Seattle, Miami Beach y Fort Myers han prohibido o limitado el uso de popotes plásticos en los restaurantes. Las pajillas —que se colocan de forma rutinaria en vasos de agua o bebidas gaseosas— representan un pequeño porcentaje del plástico que se produce y se utiliza, pero a menudo terminan en las playas y los océanos.

Los defensores de esta medida afirmaron que las leyes que buscan reducir el uso de las cañitas de plástico pueden contribuir a incentivar cambios conductuales más profundos.

“Creo que muchas personas se sienten abrumadas por la magnitud del problema del plástico”, comentó Diana Lofflin, fundadora de StrawFree.org, una organización activista con sede en San Diego, California. “Renunciar a los pitillos de plástico es un primer paso y algo muy sencillo para que la gente comience. A partir de ahí podemos avanzar hacia proyectos más grandes”.

El ayuntamiento de Malibú votó a finales de febrero para prohibir a los restaurantes proporcionar popotes, utensilios y agitadores de plástico. En otras ciudades costeras se están tomando medidas similares, incluyendo Berkeley, California. Una multitud de restaurantes en todo Estados Unidos ha dejado de ofrecer cañitas para las bebidas de forma voluntaria.

El fenómeno no ocurre solamente en Estados Unidos. Para 2019, Escocia planea deshacerse de los sorbetes plásticos y, para 2030, Taiwán prohibirá artículos de un solo uso, incluyendo cañitas, vasos y bolsas de supermercado.

En todo el mundo las personas han batallado con el efecto del plástico en el medioambiente, pues no se degrada de manera natural y con mucha frecuencia se utiliza una sola vez antes de terminar en rellenos sanitarios, atascando las alcantarillas o acumulándose en los océanos, a menudo durante largos periodos. Muchos países han prohibido, limitado o gravado el uso de las bolsas de plástico.

Algunas organizaciones líderes de la industria del plástico han declarado estar de acuerdo con la idea de reducir el uso de los popotes, pero han dicho que las leyes no son el mejor camino. No han combatido la legislación con la misma fuerza con la que se opusieron a las prohibiciones de las bolsas de plástico.

El Consejo Estadounidense de Química ha adoptado una estrategia más amable ante las prohibiciones a los sorbetes plásticos que la que adoptó en el caso de las bolsas, al sugerir que los restaurantes proporcionen pajillas únicamente cuando un cliente los solicite.

“Creemos que proporcionar popotes a través de un sistema ‘a solicitud’ le da al cliente una opción y ayuda a evitar el desperdicio, al garantizar que las cañitas se le proveerán únicamente a quienes los necesiten”, explicó Steve Russell, vicepresidente del departamento de plásticos de la organización.

Scott DeFife, vicepresidente de asuntos gubernamentales de la Asociación de la Industria del Plástico de Estados Unidos, comentó en una entrevista que el problema de los desperdicios oceánicos es complejo y se origina en los recursos inadecuados para el manejo de los desperdicios.

“Como nación, no resolveremos los problemas de desechos marinos prohibiendo las cañitas plásticas en los restaurantes”, dijo.

Añadió que los popotes se han convertido en la “nueva causa” de los ambientalistas.


 



regina


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