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¿México guardián de la Casa Blanca? 


2018-04-03

Por Marcos Romero


México cumplió la "tarea" de frenar la migración centroamericana a Estados Unidos, conforme a los deseos de Donald Trump, quien se quejó de lo contrario en un mensaje por Twitter, denunciaron organizaciones civiles y expertos en el tema.
    
Eunice Rendón, ex directora del Instituto de los Mexicanos en el Exterior y coordinadora de la iniciativa Agenda Migrante, señaló que el flujo migratorio que viene de Centroamérica está siendo contenido por el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto.
    
Sólo durante la gestión de Trump, que cumplió apenas el 20 de enero pasado un año en el poder, se registraron 270.00 arrestos, deportaciones y repatriaciones asistidas a Centroamérica.


"Sí le estamos haciendo la chamba (el trabajo, NDR) a Estados Unidos en la frontera sur, pero a cambio de nada", afirmó Rendón, al señalar que los mensajes de Trump revelan que le "falta información" sobre el rol de guardián de la seguridad de su país que realiza México.
    
"Las autoridades hacen mucho por la seguridad de Estados Unidos", insistió la dirigente civil y experta en temas migratorios, al proponer que México ponga en la mesa de negociaciones este asunto en un "paquete integral" para lograr "un mejor trato hacia nuestros migrantes y "dreamers".
    
El domingo, en uno de una seguidilla de mensajes enviados por Twitter, el magnate exigió a México impedir que "las caravanas" de migrantes centroamericanos ingresen a territorio nacional con el fin de cruzar luego a Estados Unidos.
    
"México tiene el poder absoluto para detener estas grandes caravanas de gente entrando a su país. Deben detenerlos en la frontera norte. Lo pueden hacer porque sus leyes fronterizas funcionan", afirmó.
   
Se refería a grupos organizados de migrantes hondureños, guatemaltecos y salvadoreños, principalmente, que se dirigen a Estados Unidos a través del tren o por las rutas del sureste y noreste de México.
    
El presidente Peña Nieto respondió a los reproches de Trump al señalar que México "demanda respeto mutuo, seriedad y debate en las mesas de negociación y no en las redes sociales".
    
Trump había lanzado otro mensaje el domingo, en el cual amenazó con acabar con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), actualmente negociado entre esta nación, Estados Unidos y Canadá, a 24 años de haber entrado en vigencia, si México no frenaba el flujo de droga y migrantes.
    
"México hace muy poco, si no es que nada, para evitar que la gente llegue a su país a través de su frontera sur y luego a Estados Unidos. Se ríen de nuestras tontas leyes de inmigración.
    
Tienen que acabar con la gran droga y el flujo de gente o voy a a cavar con el TLC", afirmó, al insistir en la construcción de un muro en la frontera.
    
Peña Nieto respondió que su gobierno seguirá trabajando con Estados Unidos "con una óptica de respeto mutuo y reciprocidad en el trato cordial, respetuoso a la soberanía y en el ánimo realmente de encontrar un puente, una ruta positiva y de construcción".
    
Desde julio de 2014, el gobierno instauró el plan "Frontera Sur", objetado por la Iglesia católica y defensores de derechos humanos, que provocó el aumento de las detenciones de migrantes y abusos en en el sureste de México.
    
Organizaciones que abogan por los indocumentados advirtieron que un nuevo plan para frenar la migración de centroamericanos beneficia a grupos criminales y "le hace el trabajo sucio" a Estados Unidos.
    
La Comisión de Movilidad Humana de la Arquidiócesis de México señaló que pocos meses después de entrar en vigencia se detectó un aumento de personas retenidas en estaciones migratorias "como no se había visto desde hace cinco años".
    
Peña Nieto argumentó el lanzamiento del programa Frontera Sur en "proteger y salvaguardar los derechos de los migrantes que ingresan a México ordenar los cruces internacionales".
    
La estrategia permite a guatemaltecos y beliceños estar hasta 72 horas en el país por cada cruce que hagan y mediante una tarjeta de Trabajador Fronterizo laborar en los estados de Chiapas, Tabasco, Campeche y Quintana Roo, sureste del país.
    
Cada año entran a México sin documentos migratorios unos 200,000 centro y sudamericanos y otros 45,000 lo hacen legalmente para trabajar en ranchos cafetaleros y granjas, sobre todo de Chiapas. 



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