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50 años del crimen de Bob Kennedy
Por Gina Di Meo
Su asesino fue detenido inmediatamente. Se trataba de Sirhan Bishara Sirhan, un joven palestino que no veía con buenos ojos el apoyo estadounidense a Israel durante la Guerra de los Seis Días (5 al 10 de junio de 1967). Había sido inicialmente condenado a pena de muerte pero cuando ésta fue abolida en el estado de California, su pena mutó en cadena perpetua. El de Robert Kennedy -después de John Fitzgerald Kennedy y Martin Luther King- fue el tercer asesinato de alto perfil en Estados Unidos en un arco de tiempo que duró alrededor de un decenio, caracterizado por grandes transformaciones sociales, pero también por la violencia política. Las revueltas raciales estaban a la orden del día y Bob parecía, según el criterio de muchos, el hombre adecuado que podría haber sacado al país de esa oscuridad. Tenía ideas mucho más de izquierda que su hermano y estaba del lado de los pobres, apoyaba los derechos civiles, el activismo de la clase obrera y se manifestaba contra la guerra en Vietnam. Nacido en Brooklyn, el 20 de noviembre de 1925, Robert se graduó en Derecho en la Universidad de Harvard en 1948 y en 1950 se casó con Ethel, hija de un empresario de Chicago, con quien tuvo once hijos. Tras una breve carrera como abogado, en 1959 se dedicó a la campaña presidencial de su hermano John, que tras su victoria en 1960 lo eligió como ministro de Justicia. Después del asesinato de John, Robert dejó el gobierno para presentarse como candidato al Senado por el partido Demócrata en 1964. Unos años más tarde decidió competir por la presidencia. A inicios de los años '60 se acercó al movimiento por los derechos civiles de Martin Luther King. La noticia de la muerte del líder afroamericano lo alcanzó mientras estaba por celebrar un mitin en Indianápolis. A pesar de que le aconsejaron suspenderlo por motivos de seguridad, Kennedy decidió subir al escenario, a pesar de encontrarse en una zona poco segura de la ciudad. Al mismo tiempo, en unas sesenta ciudades estadounidenses estalló la protesta que pronto se transformó en una verdadera revuelta. Bob fue a los funerales del reverendo King acompañado por su cuñada Jackie Kennedy y, según testimonios de la época, fue el único político blanco en ser aplaudido.
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