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Las mentiras prevalecen sobre la estrategia política


2018-10-15

Por Paul Krugman\The New York Times

¿Recuerdan el giro político? Los políticos solían engañar a los electores al describir sus políticas de maneras engañosas. Por ejemplo, el gobierno de George W. Bush solía afirmar que las exenciones fiscales para los ricos en realidad tenían que ver con ayudar a los adultos mayores; era cierto hasta cierto punto, ya que los estadounidenses extremadamente ricos suelen ser bastante viejos.

Sin embargo, los republicanos ya no se toman la molestia de presentar los hechos de manera engañosa; mienten simple y llanamente.

¿Sobre qué mienten? Muchas cosas, desde la cantidad de gente presente en un acto, la delincuencia cometida por inmigrantes o la cantidad de fábricas de acero que se construirán hasta temas de la Corte Suprema. Sin embargo, en este preciso momento, el esfuerzo más intenso y coordinado de sus mentiras tiene que ver con la atención médica, un tema en el que los republicanos mienten sin cesar tanto sobre su propia postura como la de los demócratas.

La verdadera postura republicana sobre la atención médica ha sido clara y consistente desde hace décadas: el partido detesta, sencillamente detesta, la idea de que el gobierno intervenga para que todos los ciudadanos tengan acceso al cuidado básico de salud, sin importar su nivel de ingresos ni su historial médico.

Este odio incluye, en gran medida, un desprecio a Medicare, el seguro social para mayores de 65 años. Desde 1961, el después presidente Ronald Reagan advertía que promulgar Medicare destruiría la libertad estadounidense. Quizá soy el único que piensa así, pero no creo que eso haya ocurrido. Cuando Newt Gingrich era presidente de la Cámara de Representantes, paralizó el gobierno federal en su intento para obligar al entonces presidente Bill Clinton a recortar el financiamiento a Medicare. El ahora presidente de la cámara, Paul Ryan, propuso poner fin al Medicare que conocemos y remplazarlo con cupones inadecuados que se usarían para la compra de seguros privados.

Los republicanos tienen un problema: las políticas que odian, y que los demócratas adoran, son extremadamente populares.

Evidentemente, el odio se extiende a la Ley de Atención Médica Asequible, apodado Obamacare. Los republicanos no solo odian los subsidios que ayudan a la gente a conseguir seguros de gastos médicos mayores; también odian las normas para que las aseguradoras no puedan discriminar a la gente con enfermedades preexistentes. De hecho, veinte procuradores generales de estados republicanos presentaron una demanda con el fin de eliminar la cobertura para enfermedades preexistentes y el gobierno de Donald Trump se negó a oponerse a la demanda (al no hacerlo en efecto la respalda).

Así que si eres un votante al que le importa la atención médica, no debería ser difícil identificar cuál es la postura de cada partido. Si crees que Medicare es malo y que el gobierno no debería proteger a las personas con enfermedades preexistentes, vota por los republicanos. Si quieres defender Medicare y garantizar la cobertura médica incluso para aquellos con problemas de salud, vota por los demócratas.

Sin embargo, los republicanos tienen un problema con esto: las políticas que odian, y que los demócratas adoran, son extremadamente populares. Medicare cuenta con un apoyo abrumador. Lo mismo sucede con la protección a las enfermedades preexistentes, que incluso apoya una amplia mayoría de los votantes republicanos.

Ahora bien, tal vez se imaginen que la respuesta de los republicanos a la impopularidad manifiesta de su postura ante los servicios médicos sería, digamos, cambiar de postura. Pero pensar eso ya es irremediablemente anticuado. Como dije, lo que han optado por hacer es mentir: insistir en que negro es blanco y arriba es abajo.

Josh Hawley, como procurador general de Misuri, es parte de esa demanda contra la normatividad para las aseguradoras de Obamacare; sin embargo, en su campaña para el Senado, afirma que es defensor de los estadounidenses con enfermedades preexistentes. Dean Heller, quien busca reelegirse como senador de Nevada, votó por un proyecto de ley que habría acabado con Obamacare, incluida toda la protección a las enfermedades preexistentes; no obstante, tergiversa su postura al igual que Hawley.

Además, no solo mienten sobre su propia postura. También mienten sobre la de sus opositores. Increíblemente, los republicanos han pasado años acusando a los demócratas —desde la aprobación de la Ley de Atención Médica Asequible— de querer destruir Medicare.

Todo esto me lleva a un singular artículo de opinión sobre atención médica que apareció esta semana en USA Today, cuya autoría se atribuye a Donald Trump (si realmente lo escribió, me trago mis palabras; aunque siendo objetivos, hay que reconocer que el artículo es inconexo e incoherente, lo cual sugiere que sí tuvo algo que ver en su redacción).

Ni el presidente de Estados Unidos puede inventar sus propios hechos.

En parte del artículo se afirma que el gobierno de Trump está defendiendo el seguro médico para los estadounidenses con enfermedades preexistentes, cuando la realidad es que ha tratado de acabar con esa cobertura. No obstante, en esencia era un ataque a las propuestas de “Medicare para todos”, una consigna que hace referencia a varias propuestas, desde el sistema universal en el que el usuario paga con asistencia hasta una forma de pago público.

¿Qué dijo “Trump” que harían los demócratas? Que “aniquilarían” el actual programa de Medicare. Ah, y que convertirían a Estados Unidos en Venezuela. Como si eso es lo que hubiera ocurrido en países que en realidad tienen un sistema en el que cada quien paga con asistencia, como Canadá y Dinamarca.

¿Por qué los republicanos piensan que pueden salirse con la suya con mentiras tan descaradas? En parte se debe a que esperan que sus seguidores que ven el canal de noticias de Fox crean cualquier cosa que les digan.

Asimismo, porque todavía pueden contar con facilitadores en los medios noticiosos tradicionales. Después de todo, ¿por qué USA Today aprobó publicar este artículo? Dejar que Trump manifieste su opinión es una cosa; darle una plataforma para sus mentiras descaradas es otra. Como lo dijo el verificador de información Glenn Kessler de The Washington Post: “Casi todas las oraciones incluían una declaración engañosa o falsa”. Ni el presidente de Estados Unidos puede inventar sus propios hechos.

Así que, ¿funcionará la gran mentira del Partido Republicano sobre la atención médica? Lo sabremos en unas semanas.



Jamileth


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