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WhatsApp para contener las noticias falsas en las elecciones brasileñas


2018-10-18

Por Cristina Tardáguila , Fabrício Benevenuto y Pablo Ortellado\ The New York Times

WhatsApp, la aplicación de mensajería propiedad de Facebook, es una de las principales herramientas que los brasileños utilizan para mantenerse en contacto con amigos y familiares y para hacer negocios. También es una parte cada vez más importante de la política. Una encuesta reciente halló que el 44 por ciento de los votantes en Brasil usan WhatsApp para leer información electoral y política. Desafortunadamente, en los días previos a la primera ronda de la elección presidencial, el 7 de octubre, la aplicación se usó para divulgar cantidades alarmantes de desinformación, rumores y noticias falsas.

Tan solo unas semanas antes de la votación de desempate el 28 de octubre entre el candidato de extrema derecha Jair Bolsonaro y su oponente de izquierda Fernando Haddad, aún hay tiempo para que WhatsApp haga cambios temporales a la plataforma con el fin de reducir el envenenamiento de la vida política brasileña. La empresa debe mostrarse resuelta antes de que sea demasiado tarde.

Ha habido avances en la lucha contra las noticias falsas en Brasil. Es uno de los diecisiete países donde Facebook cuenta con verificadores externos de datos que intentan eliminar la desinformación publicada en la sección de noticias de Facebook. Google y esta red social también han colaborado en una iniciativa llamada Comprova, que reúne a veinticuatro redacciones con el objetivo de desmentir enlaces, videos e imágenes.

No obstante, estos esfuerzos parecen haber provocado que las campañas sucias recurrieran a otros medios, en particular WhatsApp, donde se pueden tener conversaciones privadas y grupos de chat cifrados hasta con 256 personas. Estos últimos son más difíciles de monitorear que la sección de Noticias de Facebook o los resultados de búsqueda de Google.

Del 16 de agosto al 7 de octubre, recolectamos y analizamos publicaciones de 347 grupos de chat que están abiertos al público y se enfocan en política brasileña. Esta es solo una pequeña muestra de los cientos de miles de grupos de chat que, según cálculos, millones de brasileños usan todos los días para mantenerse informados. Nuestro estudio, realizado como proyecto conjunto entre la Universidad Federal de Minas Gerais, la Universidad de São Paulo y la plataforma de verificación de datos Agência Lupa, reveló cómo se divulga la desinformación.

Es difícil establecer hasta qué nivel estas campañas de desinformación están asociadas con partidos políticos o candidatos, pero sus tácticas son evidentes: se basan en una estrategia combinada de pirámide y redes en la que los creadores generan contenido malicioso y lo envían a activistas locales y regionales, que después comunican la información a muchísimos grupos públicos y privados. Desde ahí, los mensajes se diseminan aún más cuando las personas crédulas los comparten con sus propios contactos.

De una muestra de más de cien mil imágenes políticas que circularon en esos 347 grupos, seleccionamos las cincuenta más compartidas. Las analizó la Agência Lupa, considerada la principal plataforma de verificación de datos en Brasil. Ocho de esas cincuenta fotografías e imágenes resultaron ser completamente falsas; dieciséis eran fotos reales sacadas de contexto o relacionadas con datos distorsionados; cuatro eran afirmaciones sin sustento que no provenían de una fuente pública confiable. Eso significa que el 56 por ciento de las imágenes más compartidas eran engañosas. Solo el ocho por ciento se consideró completamente veraz.

El problema de las noticias falsas en Brasil trasciende divisiones ideológicas.

Los simpatizantes de Bolsonaro compartieron varias imágenes en las que describen a los políticos —entre ellos a los de centroderecha— como “comunistas”. La imagen más compartida de nuestra muestra era una imagen en blanco y negro de Fidel Castro y una joven. El pie de foto afirma que se trata de la expresidenta Dilma Rousseff y el mensaje de la imagen dice que era pupila de Castro, una “estudiante socialista”. Sin embargo, la joven no es Rousseff. La fotografía fue tomada en Estados Unidos en abril de 1959, cuando la expresidenta tenía solo 11 años. No obstante, ese tipo de imágenes logran desprestigiar a Rousseff y al Partido de los Trabajadores —del que Haddad es candidato— en un país donde hay mucha antipatía entre la clase media contra el comunismo.

Las noticias falsas que transmiten los simpatizantes de Haddad generalmente son algo distintas. Estos mensajes tienden a distorsionar las posturas de Bolsonaro respecto de los impuestos y el salario mínimo, a menudo con datos exagerados. Sin embargo, algunos de los mensajes en contra del candidato en WhatsApp son auténticas teorías de conspiración: después de que apuñalaron a Bolsonaro en un evento de campaña el 6 de septiembre, los simpatizantes de Haddad compartieron fotografías de él mientras entraba sonriendo a un hospital, lo cual sugería que había montado el ataque. No obstante, la imagen se tomó antes del apuñalamiento.

El flujo alarmante de información distorsionada puede mitigarse. Si WhatsApp cambia algunas de sus configuraciones en Brasil desde ahora hasta el 28 de octubre, día de la elección, puede reducir la divulgación de mentiras. Además, estos cambios sencillos pueden hacerse sin atentar contra la libertad de expresión ni invadir la privacidad de los usuarios.

WhatsApp debe tomar tres medidas de inmediato:

Restringir los reenvíos. Este año, después de que la diseminación de rumores en WhatsApp provocó linchamientos en India, la compañía impuso restricciones al número de veces que puede reenviarse un mensaje. En todo el mundo, el número de reenvíos se redujo a veinte, mientras que en India se limitó a cinco. La aplicación de mensajería debe adoptar la misma medida en Brasil para restringir el alcance de la desinformación.

Restringir la difusión. WhatsApp permite que todos los usuarios envíen un solo mensaje hasta a 256 contactos de una sola vez. Esto significa que un grupo pequeño y coordinado puede llevar a cabo fácilmente una campaña de desinformación a gran escala. Esto podría evitarse si se limita el número de contactos con los que un usuario puede compartir mensajes.

Limitar el tamaño de los grupos nuevos. El número de usuarios en los grupos de chat nuevos creados en Brasil durante las siguientes dos semanas debería tener un límite. Esto no afectaría a los grupos existentes.

Contactamos a WhatsApp esta semana y le presentamos esas sugerencias. La empresa respondió diciendo que no había tiempo suficiente para implementar los cambios. No estamos de acuerdo: en India solo tomó unos cuantos días para que WhatsApp comenzara a hacer ajustes. Lo mismo es posible en Brasil.

Nuestro país se encuentra en un momento político decisivo. Las posturas de extrema derecha de Bolsonaro —entre ellas su opinión despectiva sobre los derechos humanos y su nostalgia por la dictadura militar— han provocado que muchos electores teman por el futuro de la democracia en nuestro país. A muchos otros votantes les preocupa que Haddad siga las órdenes de Luiz Inácio Lula da Silva, el expresidente que ahora está en prisión por cargos de corrupción.

Con una apuesta tan alta y un debate tan polarizado, los brasileños no deben votar con base en información falsa ni distorsionada. Ninguna de nuestras propuestas requeriría que WhatsApp limite sus operaciones ni impediría que los brasileños se comunicaran con amigos y familiares. Solo sugerimos que la empresa imponga restricciones temporales para frenar la transmisión de noticias falsas y rumores peligrosos antes de una elección crucial.



Jamileth


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