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Buen policía, mal policía


2018-11-23

Por Efrén flores | Revista Siempre

Seguramente ha visto usted esas típicas películas estadounidenses de detectives con el buen policía y el mal policía. El que calma y el golpeador.

Algo así me pareció el triste espectáculo mundial que dieron en días pasados el señor Monreal, presidente de la bancada de senadores de Morena, y el presidente electo, el señor López Obrador, claro está, en relación con el tema de las comisiones que cobran los bancos a sus usuarios-clientes.

¿Quién de nosotros no ha sufrido las comisiones colosales que cobran los bancos hasta por echarle un ojo al saldo de una mugrosa cuenta de cheques o de ahorros? O las fantásticas introducciones de nuevos servicios bancarios en línea: “Por tan solo $89.00 mensuales, asegura tu dinero para que no te lo roben … del Banco …” ¡Caramba! Pensaba que en el banco el dinero estaba seguro. No. Ahora hay que asegurarlo dentro del Banco, contra hackers, troyanos, y mil jaquecas cibernéticas. Porque el banco no se hace del todo responsable. Mejor ahora le cobran un seguro para asegurarle el dinero que supuestamente tiene que custodiar el banco.

Sí. Me gusta la idea del señor Monreal. Pero sin atropellar toda clase de leyes y reglamentos. No. No se puede con esa cara de placer cínico anunciar que se van a fregar, ya no sé si las comisiones, o el sistema financiero mexicano.

No, no es su intención proteger a los consumidores ni al pueblo bueno, porque si esa fuera su intención entonces el anuncio lo harían las instancias adecuadas —entiéndase la SHCP, Banco de México, Consar, Condusef, CNBV, CNSF— y las propias instituciones financieras.

Por su parte el señor López Obrador salió a decir que respeta la autonomía del Congreso, pero que en su gobierno no se hará ese tipo de cambios, por lo menos los primeros tres años de su gobierno. Así pues, el policía malo y luego el bueno.

Espero que estos nuevos personajes entiendan más pronto que tarde que así no se pueden tratar los mercados financieros, económicos, ni nacionales, ni internacionales.

LEA y Jolopo, ¿que no?

En los años setenta del siglo pasado, en efecto, el presidente de la república negociaba con una decena de empresarios, y quedaba resuelto el sector privado. Lo mismo con los banqueros. Hoy son millones de empresarios mexicanos, de los que miles son empresarios muy poderosos. Pero además México depende de millones de empresarios pymes y de miles y miles de empresarios y empresas extranjeros, que de incurrir nuestro gobierno en mandatos unilaterales, van a contrademandarlos en tribunales nacionales, y de requerirse, en cortes internacionales.

Ya van más de dos, señor AMLO…

Ya van más de dos “malos entendidos”, señor López Obrador. Primero el aeropuerto de Texcoco y su consulta esquizoide; ahora el puñetazo —pues sí, dictatorial— al sector financiero.

No. Los inversionistas extranjeros y nacionales no se van a ir del país. Pero sí le van a hacer a usted, a todo su gabinete y a su congreso monolítico la vida de cuadritos. No se van a pelear a gritos con usted, ni romperán flechas. Sencillamente harán de este un país inestable donde poco a poco disminuya la IED y la financiera, y se quede usted y su gobierno sin dinero para tantos proyectos que necesita nuestro país; como por ejemplo impulsar la innovación que nos posicione frente al resto del mundo en condiciones competitivas. O peor aún, sin dinero para garantizar la seguridad y el Estado de derecho de los ciudadanos. ¿De verdad, señor López Obrador, quiere usted echarse un volado con el mundo financiero, tan solo por una decisión razonable, pero precipitada?

Ataques de autoritarismo

Ya subió la prima sobre la deuda soberana. Esto es, que le va a costar más a usted y a su gobierno darle servicio a la deuda del sector público.

Pero además, como dice Banamex en un papel de análisis que publicó el pasado 6 de noviembre: “Adioós a los recortes de tasas en el futuro previsible. El aumento en las tasas de interés locales luego de la decisión del NAICM ha sido notable, particularmente cuando se compara con lo que ha ocurrido con las mismas tasas en mercados emergentes durante las semanas recientes. El mercado se movió rápidamente a prever aumentos en tasa por parte de Banxico: ahora pensamos que la Junta de Gobierno lo validará. Así, cambiamos nuestra perspectiva para la decisio´n de poli´tica monetaria de noviembre a un aumento de 25pb y esperamos que la tasa de poli´tica de Banxico cierre 2018 a un nivel de 8 por ciento (desde el 7.75 por ciento anterior). Si estamos en lo correcto, la tasa real ex ante de poli´tica monetaria cerrará 2018 a un nivel inusualmente alto y continuará subiendo un poco ma´s en 2019. Más importante aún, ya no esperamos que Banxico recorte su tasa de política monetaria el próximo an~o, pues el desplazamiento hacia arriba de la curva de rendimientos después del choque del NAICM —especialmente para plazos ma´s largos— sugiere un incremento generalizado en las primas de riesgo. A esto la necesidad de lidiar con efectos potenciales de traspaso del tipo de cambio sobre lo que hasta la fecha ha sido una trayectoria de inflación subyacente bien comportada, llevará a que la inflacio´n termine el próximo an~o a niveles de 4 por ciento”. Hasta ahí la nota de Banamex.

Ya ni qué decir sobre la reacción informativa de Bloomberg a escala mundial; The Wall Street Journal, The Financial Times, por mencionar algunos, ya catalogan a López Obrador como generador de mas volatilidades financieras que el propio Trump.

A nadie le importa en el mundo que el señor Monreal quiera bajar las comisiones bancarias. A todo el mundo le importan los atropellos, las decisiones por encima de la ley, las declaraciones sorpresivas; las consultas populares falsas y que violan las leyes.

Y aún hay más

El mundo económico sí toma muy en serio las propuestas de los empleados de la futura administración, lo que hablan y dicen públicamente.

Por ejemplo, deshacerse de todos los organismos autónomos, porque claro está que le estorban al presidente electo para mandar monolíticamente; le estorban para borrar sutilmente la democracia y pasar con la mentada cuarta transformación a un gobierno casi centralmente planificado, con economía parcialmente de mercado, controlada por la economía de Estado. Por lo anterior quieren terminar con la autonomía de las comisiones reguladoras de energía (como la CRE y la CNH, para pasar a ser subordinadas de la Secretaría de Energía); por eso ya se decidió fusionar Bancomext con Nafinsa, y pasarle parte de las negociaciones comerciales a embajadas y consulados, y tal vez, ¿por qué no?, en tres años o antes, eliminar la autonomía de Banco de México, para convertirlo de nuevo en una dirección general dependiente de Hacienda, o de la Presidencia. Así no se puede. Máxime cuando estos señores piensan que nuestra ingenuidad les da la holgura para hacer y deshacer sin que nadie se percate del destino que nos quieren trazar.

El policía bueno y el policía malo han logrado, con sus definiciones inconsistentes respecto a todo, confundir a muchos, tirar por la borda los planes de transición sutil del futuro nuevo secretario de Hacienda, así como su subsecretario.

Es muy triste ver que 2019 será un año de nueva cuenta de alta inflación (si bien nos va de un 4 por ciento anualizada), con un tipo de cambio que entre la decisión del NAIM y las comisiones bancarias de Monreal, más decisiones poco claras, como la reducción de las exportaciones petroleras para tener materia prima que refinar en las refinerías nacionales, el trenecito Maya, subsidios por aquí, y por allá, enmiendas institucionales que quién sabe qué objetivos tendrán, todo en conjunto nos llevará a un promedio anual de 19 pesos por dólar, fuentes externas de financiamiento más caras (porque estos genios ya aumentaron el riesgo nación).

Ya no es preocupante; es muy grave que en un día se nos hayan salido más de 200 mdd del ETF (exchange traded fund) más grande que cotiza en bolsa, y que se invierte en recursos financieros mexicanos, con valor de casi dos mil millones de dólares.

López Obrador logró mantener estables los mercados financieros mundiales durante las primeras semanas después del 1 de julio. Después y al día de hoy, ni las caídas de precios de materias primas (petróleo), ni la llegada de Trump a la presidencia de Estados Unidos (que también desquició los mercados nacionales), ni la incertidumbre del TLCAN han resultado tan perjudiciales para las finanzas del país, aquí y en el exterior, como las declaraciones y decisiones laxas de este nuevo equipo, a tres semanas de tomar el poder.

Riesgos en el camino

Las condiciones nacionales e internacionales son altamente volátiles. Por ejemplo, el precio del petróleo y la fortaleza del dólar. Aquel depreciándose rápidamente, por motivos estructurales del mercado petrolero y por motivos estructurales de los mercados de consumo, dadas las nuevas tecnologías y su impacto en los mercados de consumo. El dólar, por ese efecto inverso curioso entre petróleo y petrodólares, fortaleciéndose.

Recuerde otra volatilidad que más pronto que tarde tendrá efectos sobre su mandato, señor López Obrador: la volatilidad del presidente de Estados Unidos, que por cualquier motivo puede volvernos a amenazar con el muro o el nuevo tratado, que no ha sido ratificado.

También existe el riesgo de una recesión mundial que le tocará dentro de su gobierno. No se le ocurra a usted o a ningún otro político volver a decir que las reservas internacionales del Banco de México se pueden utilizar para invertirlas en desarrollo social; es muestra de un total desconocimiento de lo que las reservas son y representan.

Por eso el próximo vicegobernador del Banco de México ya tuvo que escribir un artículo en un periódico nacional, para explicar el origen y uso único que se le pueden dar a las reservas internacionales del Banco de México, así como el mandato único que debe de ejercer y cumplir el Banco de México.

Tenga mucho cuidado: la política monetaria de Estados Unidos se va a mover en los próximos dos años. No tenemos por lo pronto margen de maniobra, y usted está desquiciando la estabilidad financiera del país. Tal vez no lo quiera, pero así son las cosas. El costo será sobre la inversión empresarial, la inversión residencial, el consumo de bienes duraderos, el margen de ahorro social y préstamos, así como sobre los intereses de la deuda pública y el tipo de cambio. Agregue usted el impacto sobre nuestro comercio exterior (importaciones y exportaciones).

¿Y el extraño enemigo?

No hay tal.

Ganarnos la confianza de los mercados internacionales nos ha costado como nación más de veinte años. Ese tiempo de esfuerzo y disciplina fiscal, sensatez y congruencia entre lo que se dice y lo que se hace fue lo que nos convirtió en un mercado financiero libre de riesgo para las inversiones.

Solo así recuperamos la confianza perdida por las estupideces de LEA, Jolopo, el error de diciembre de 1994. Ahora la estamos perdiendo en menos de tres meses. A ellos —los mercados internacionales— no les importa, ni van a querer controlar la independencia nacional, así es que no busque discurso por ahí.

Hay competidores que ya están listos para tomar la posición privilegiada de México: Brasil y Vietnam son tan solo dos ejemplos.

Agregue Colombia, Singapur y otros más que surgirán como Taiwán y Macau con Cantón y Guangzhou. Vea qué tren construyeron los chinos. ¡Ese sí que es un tren de alta rentabilidad económica, comercial, e integración cultural! Estudie el significado urbanístico integral de Guangzhou, su visión rumbo a finales del siglo XXI, porque así planean los chinos. De verdad a largo plazo. No para inaugurar placas personales sexenales.

Si usted quiere, la IED dejará de invertir en México. Sobran destinos en Asia, Oriente Medio, Europa Oriental, en América Latina. Al final le ganará usted a los inversionistas, sí; y al final también dejará muertos de hambre a más millones de mexicanos.

Al final y como siempre, el ciudadano de a pie pagará los platos rotos de estos juegos de policías buenos y malos: encontrará medicinas más caras en las farmacias, alimentos más elevados de precios, menos educación y más mala, controlada por sindicatos de la cuarta transformación, menos empleos atractivos en los mercados formales (recuerde que se reducirán drásticamente las nóminas y prestaciones de los mercados gubernamentales), y más atractiva opción para incorporarse a mercados informales.

Usted y su gobierno no tendrán para dónde moverse, porque no tendrán dinero, ni confianza, ni socios fuertes. Así de simple.

Le sugiero: organice nuevo cónclave con sus mandos y esbirros.

Vuelva a organizar un cónclave con sus empleados morenistas, y dígales a todos que, dentro de ciertos márgenes de autonomía, no se vale desquiciar el país, porque ya ellos están viendo el 2024, y están desde ahora en busca de la gran silla, sin importarles ni su gobierno, ni el destino de casi 130 millones de mexicanos, a quienes usted tiene que rendir cuentas ya, a partir del próximo 1 de diciembre. Que por lo menos le den el 2019, antes de adelantarse al proceso electoral de 2024.

De no hacerle caso, se la juega usted, señor licenciado López Obrador, a no tener mucho que heredar ni a su sucesor, pero sobre todo, tampoco al gran pueblo de México.

Tal vez, no lo sé, esa sea la herencia de la cuarta transformación de la república: el regreso a un pasado que ya nadie quiere visitar, y que algunos desean porque ahí fue cuando vivieron la gloria del maniqueísmo populista de los años dorados de la demagogia institucional.


 



regina


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