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El modelo Noruega Plus, el plan B del Brexit que respalda Westminster


2018-12-07

Carlos Fresneda | EL Mundo

Londres.- Theresa May ha dicho varias veces "no" al "modelo Noruega". Pero el Parlamento británico ha aprobado una enmienda para impulsar un 'plan B', en el caso de que su acuerdo se estrelle en Westminster. De todas las opciones posibles, el Brexit 'blando' es hoy por hoy la que cuenta con un mayor respaldo tanto en el Gobierno de May como en la Cámara de los Comunes, que podría votar la alternativa en enero.

Del 'Plan B' se empezó a hablar seriamente en la recta final de las negociaciones con Bruselas, y ante la necesidad de contar con un 'colchón' para evitar a toda costa la posibilidad de un 'no acuerdo'. El artífice es el diputado conservador Nick Boles, ex director del influyente 'think tank' de centro-derecha Policy Exchange, alto funcionario en el último Gobierno de David Cameron y partidario en su día de la permanencia en la UE.

Su propuesta echó a rodar en septiembre, pero ha sufrido algunas variaciones hasta la fecha. El propio Boles, en un reciente artículo en el 'Financial Times', define la nueva propuesta como "Noruega Plus", aunque otras versiones hablan de "Noruega por ahora" (hasta que el Reino Unido logre cerrar el tratado comercial con la UE).

El 'plan B' consiste en culminar el periodo de transición post-Brexit en diciembre de 2020 e ingresar en ese momento en la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA, en sus siglas en inglés), a la que pertenecen cuatro países que decidieron no pertenecer a la UE: Noruega, Islandia, Liechtenstein y Suiza. La adhesión daría acceso al Espacio Económico Europeo (EEE) compartido con los países comunitarios.

"Estaríamos dentro del mercado único, pero fuera de la jurisdicción del Tribunal de Justicia Europeo", explica Nick Boles. "Estaríamos también fuera de la política agraria y pesquera, recobrando el control de nuestras costas. Quedaríamos fuera del impulso de la UE hacia 'una mayor integración' y pagaríamos sustancialmente menos en contribuciones anuales".

Un pequeño gran problema se interpone de entrada: acceder al mercado único supone mantener la libertad de movimientos, como bien sabe Noruega. Boles alega sin embargo que el artículo 122 del EEE permite a un país tomar una acción unilateral para restringir la inmigración alegando "serias dificultades económicas, sociales y ambientales", como ha hecho Liechtenstein.

Theresa May ha declarado sin embargo que el "modelo Noruega" no le vale porque no respeta de entrada una de las principales demandas de los británicos cuando votaron a favor del Brexit: recuperar el control de las fronteras. Su visita a Oslo a finales de octubre, para participar en el Northern Future Forum, disparó sin embargo las noticias sobre el interés creciente de su Gobierno por la opción "Noruega plus" (completada con un acuerdo aduanero con la UE).

La primera ministra noruega, Erna Solberg, salió al paso de los rumores y puso sobre la mesa otra pega: "Difícilmente podríamos aceptar la adhesión temporal de un nuevo miembro, si en lo que está pensando realmente es en la salida". La mediación de Bruselas, donde el 'plan B' cuenta con relativo respaldo, podría sin embargo ser proverbial para limar las asperezas.

Viraje hacia el 'soft' Brexit

Los tres ases de la permanencia en el Gobierno May -el viceprimer ministro 'de facto' David Lidington, el secretario del Tesoro Philip Hammond y Amber Rudd, rescatada como secretaria de Estado de Trabajo y Pensiones- han hecho 'lobby' interno para que la 'premier' abra la espita. En los últimos días, el secretario de Medio Ambiente Michael Gove parece haber mostrado su disposición al repentino viraje hacia el "soft Brexit", ablandando de paso las posiciones de los brexiteros 'duros' como Andrea Leadsom, Chris Grayling o Liam Fox (cuya capacidad como secretario de Comercio Internacional quedaría sin embargo notablemente disminuida).

Arlene Foster, líder del Partido Democrático Unionista (DUP), cuyo apoyo necesita May para lograr la mayoría parlamentaria, también ha dejado ver en los últimos días su disposición a apoyar el 'Plan B', siempre y cuando garantice "el mismo tratamiento para todos los territorios del Reino Unido". La ministra principal de Escocia, Nicola Sturgeon, ha admitido que la alternativa se parece a lo que ella lleva reclamando desde el primer día: la permanencia en el mercado único.

Hasta 70 diputados laboristas han mostrado su disposición a respaldar de entrada el modelo "Noruega plus", que solo cuenta en principio con el rechazo frontal de los conservadores del ala dura, soñando como siguen con su modelo "Canada Plus" (ruptura limpia con Bruselas y negociación de un acuerdo similar, aunque más ambicioso, que el firmado por la UE con Canadá).

Los números oficiales barren también a favor del modelo "Noruega plus". Según las estimaciones de la Secretaría del Tesoro, su impacto en la economía británica se traduciría en una más que llevadera contracción de la economía del 1,4% en los próximos 15 años, frente la disminución del PIB entre el 4,9% y el 6,7% del modelo "Canada Plus".



Jamileth


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