Formato de impresión


Lee esto si todavía guardas dinero debajo del colchón


2019-01-11

Por CONCEPCIÓN DE LEÓN, The New York Times

El Espace es una columna dedicada a las noticias y la cultura relevantes para las comunidades latinas. Aquí hay arte, política, análisis, ensayos personales y más. ¿Lo mejor? Estará disponible en español e inglés, para que puedas enviársela a tu tía, tu primo Lalo o quien sea (es decir, a todos).

En la escuela primaria, gané un bono de ahorro de 100 dólares en un concurso de ensayo. “Guárdalo”, me dijo mi papá, y me explicó que cuanto más tiempo lo guardara, más valioso se volvería. Lo metí en un viejo diario y me olvidé de él. En retrospectiva, fue la primera vez que gané dinero por escribir y debí valorarlo más, pero me decepcionó no tener el efectivo en la mano.

No entendía nada sobre el ahorro ni las tasas de interés en ese entonces. Las necesidades de mi familia eran inmediatas: alimentos, ropa, pagar la renta. No estaba ahorrando, excepto quizá para comprar algunos dulces. En general, la educación financiera entre las comunidades latinas es más baja que la del adulto promedio en Estados Unidos, sobre todo entre la primera generación de inmigrantes, pues la mayoría de ellos apenas sobreviven con empleos de bajos salarios.

“Si estás viviendo con cierto nivel de inseguridad económica, no te preocupa ahorrar para cuando llegues a los 59 años y medio, sino cómo salir a flote el año siguiente”, dijo Ramona Ortega, quien abrió una empresa financiera tecnológica, My Money My Future, impulsada por una misión, la cual ofrece educación financiera y herramientas de finanzas personales a los milénials no blancos. El resultado es una tendencia a mantener el dinero en efectivo (a veces en casa, algo que, según Ortega, es “muy arriesgado”) para que sea de fácil acceso y, en general, poca disposición a invertir, un proceso crucial para generar riqueza.

“La gente no compra lo que no conoce”, comentó Ortega, y para las familias latinas y negras, eso ha implicado una dependencia histórica en los bienes raíces como su principal forma de inversión. Esto resultó contraproducente durante la crisis de vivienda, cuando las familias no blancas (y sobre todo los latinos) fueron quienes más afectados se vieron, pues perdieron más del 50 por ciento de su patrimonio neto; en contraste, los blancos tan solo experimentaron una disminución del 16 por ciento.

Los milénials latinos ahora estamos en mejores condiciones económicas que nuestros padres. Es más probable que vayamos a la universidad y obtengamos un empleo decente que nos proporcione ingresos disponibles. Sin embargo, aún somos el grupo más afectado por la brecha de ingresos, y muchos de nosotros jamás aprendimos a administrar el dinero, ni hablar de ponerlo a producir más.

“A menudo nos falta seguridad porque no contamos con consejos financieros confiables”, señaló Ortega. Ella creó My Money My Future para acabar con esa brecha. A continuación, ofrece sus mejores consejos de finanzas personales para los milénials que no son blancos.

Saca el efectivo que está debajo del colchón

Si no tienes un fondo de emergencias, establece una meta de ahorrar 1000 dólares y continúa a partir de esa cifra, con el objetivo de tener lo suficiente para cubrir de tres a seis meses de gastos diarios, dijo Ortega. Si ya tienes bastante efectivo para cubrir imprevistos, debes invertir el resto.

“Tenemos la idea de que la gente que no tiene mucho dinero no ahorra”, comentó Ortega, pero “el problema es que estamos ahorrando, no invirtiendo”.

El efectivo que está en tu casa o en una cuenta normal de cheques o ahorro equivale a perder dinero, explicó Ortega, porque no se pone al corriente con la tasa de inflación. Digamos que tienes 10,000 dólares. Determina cuánto necesitas tener disponible para sentirte seguro (3000 dólares, por ejemplo), pon esa cantidad en una cuenta de ahorro de alto rendimiento e invierte el resto. “Ese dinero debe ayudarte a generar más”, señaló. Recomienda un plan de retiro, si lo ofrece tu empresa, o busca uno por tu cuenta.

No dependas del crédito

“Es verdad que hay malas deudas”, dijo Ortega, como la deuda de las tarjetas de crédito que se acumula mes tras mes. “Sin embargo, las buenas deudas te dan impulso y permiten que generes riqueza”. Con eso se refiere a las tarjetas de crédito que se saldan todos los meses y a tiempo, así como los préstamos estudiantiles federales, que a menudo tienen una tasa de interés más baja que el promedio. La constancia con que saldas estas deudas determina tu calificación crediticia, y los que no tienen un buen puntaje (700 o más en Estados Unidos) terminan pagando más intereses a lo largo del tiempo, sobre todo cuando se trata de bienes de gran presupuesto como una casa o un auto.

Cuando presentes tu declaración de impuestos este año, aprovecha la oportunidad de solicitar un informe de crédito anual sin costo y haz un inventario financiero. Busca errores o viejas deudas de las que puedas deshacerte fácilmente (como los 60 dólares que aún le debes a tu compañía celular, por ejemplo).

Haz un presupuesto para apoyar a tu familia

“Si envías remesas a casa y eso es algo que harás cada mes, debe ser parte de tu plan financiero”, explicó Ortega. También puede ser buena idea hablar abiertamente con tus hermanos sobre cómo planeas apoyar a tus padres, “quizá estableciendo una cuenta aparte en la que todos cooperen”, agregó.

La falta de educación financiera implica que muchos terminan cometiendo “muchísimos errores económicos a lo largo de toda una vida, los cuales resultan muy costosos”, dijo Ortega. No obstante, invertir para el futuro “en realidad es lo que genera estabilidad financiera con del tiempo”.

Tomemos el control financiero en 2019, ¿no?

A continuación más historias que leer esta semana.

El Roundup
Atrapado en medio del caos

Un artículo reciente de The New York Times Magazine cuenta la importante historia de Álex, un inmigrante hondureño que se convirtió en daño colateral durante un operativo contra miembros de la pandilla MS-13.

Lotería 2,0

Hay una nueva versión del clásico juego mexicano en el que se proponen nuevos nombres para las tarjetas: “La campana” se convirtió en “La notification”. “La calavera” ahora es “El gluten”. “El paraguas” se convirtió en “El Safe Space”. 

Acerca del muro

El periodista Jorge Ramos respondió al discurso nacional del presidente Trump sobre la inmigración en nuestra sección de Opinión. “El muro se ha transformado en una metáfora para Trump y sus millones de simpatizantes. Representa una división entre ‘nosotros’ y ‘ellos’”, escribió.

Matices de belleza

¿El color de piel influye en las necesidades de cuidado de la piel? Algunas marcas están apostándole a este tema.

La ñapa

Esta historia sobre un grupo de escuelas afrocéntricas en Brooklyn, Nueva York, diseñadas para empoderar a los estudiantes de raza negra me hizo sentir muchas cosas. El sistema educativo estadounidense ha sido históricamente desfavorable para los estudiantes que no son blancos —ha excluido o editado su historia, ha sido más estricto a la hora de disciplinar a los estudiantes negros y se ha mostrado insensible ante la diversidad cultural—, pero estas escuelas afrocéntricas les ofrecen a los padres un espacio alternativo donde, en palabras de uno de los fundadores, “te ves reflejado”.

¿Tienes sugerencias para El Espace? ¿Quieres recibir un boletín? Envíame un mensaje: [email protected]

Concepción de León trabaja en la cobertura de noticias literarias y culturales para la sección de Libros del NYT. Además, lanzó El Espace para la sección Styles, una columna semanal en la que escribe sobre las noticias y la cultura para la audiencia latina. Puedes leerlo en español aquí. Antes trabajó para la revista Glamour.
 



regina


� Copyright ElPeriodicodeMexico.com