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Marchan miles en París contra el racismo y en homenaje a joven judío asesinado


2006-02-27

Miles de personas en numerosas ciudades francesas salieron ayer a la calle a protestar contra el racismo y el antisemitismo, en memoria de Ilan Halimi, un joven judío de 23 años cuyo secuestro y brutal tortura han conmocionado profundamente a la sociedad gala, poco acostumbrada a los secuestros.

La más multitudinaria fue la marcha de París, donde desfilaron 200 mil personas, aunque no contó con la presencia de la familia del fallecido.

El momento más emotivo ocurrió al paso de la manifestación por delante de la tienda de teléfonos celulares en la que trabajaba la víctima. Allí los manifestantes entonaron “La Marsellesa”, el himno nacional francés.

Fue en esa tienda donde hace tres semanas Halimi fue abordado por una joven que actuó de cebo al seducirle y llevarle hasta las garras de sus secuestradores, la “banda de los bárbaros”.

Encerrado en un sótano en la periferia parisina, el joven judío Ilan Halimi estuvo tres semanas, hasta que el pasado día 13 de febrero fue descubierto moribundo junto a las vías del tren.

Estaba desnudo, amordazado y maniatado, con quemaduras en el 80 por ciento de su cuerpo y con heridas de arma blanca. Falleció durante su traslado al hospital.

Las dos juezas encargadas de investigar las circunstancias de la muerte de Ilan Halimi han imputado ya a 17 personas, de las que 14 han sido encarceladas y acusadas por el agravante de “crimen cometido debido a la pertenencia a una religión” de la víctima.

Entre los detenidos están los carceleros, incluido el portero del inmueble donde estuvo secuestrado Ilan, así como tres chicas utilizadas como cebos en éste y otros intentos de secuestro. El jefe de la banda, el franco-marfileño Yosuf Fofana, de 25 años, que ha negado cualquier tinte antisemita en este caso, fue detenido esta semana en Costa de Marfil y está pendiente de su extradición a Francia.

Su nombre fue coreado e injuriado al final de la manifestación de París por unos incontrolados que clamaron venganza y que intentaron agredir a un joven musulmán, algo que evitaron varios agentes de policía vestidos de paisano infiltrados en el cortejo.

El otro incidente fue la expulsión del ultraderechista Philippe de Villiers, quien al grito de “racista, racista” fue expulsado por los servicios del orden de la manifestación. Tras lo sucedido, el político acusó a la extrema izquierda de “sectarismo totalitario” y reiteró su temor a la islamización de Francia.

Para evitar pasar por esto, el líder del ultraderechista Frente Nacional, Jean Marie Le Pen, desistió de acudir, pese a que anunció su intención de asistir.

“Tufo antisemita”. Entre las personalidades que asistieron, el ministro del Interior, Nicolás Sarkozy, dijo que los secuestradores de Halimi “actuaron con el tufo del antisemitismo”. Sarkozy, uno de los políticos más populares de Francia y considerado un “presidenciable”, reavivó la rebelión de jóvenes musulmanes de suburbios, estalladas a finales de 2005, al llamarlos “chusma”.

Por su parte, el recién nombrado cardenal Jean-Marie Lustiger dijo que había ido a la marcha “porque un límite ha sido sobrepasado, el de la humanidad y la dignidad”, así como para mostrar “la solidaridad” interreligiosa.


El odio desde Europa

Francia alberga la mayor comunidad judía de Europa �"medio millón�" y la mayor islámica �"tres millones�". Después del trauma por la colaboración del gobierno de Vichy con los invasores nazis en la deportación de judíos franceses a campos de exterminio, y por la guerra de Argelia, Francia abrió los brazos a judíos y musulmanes en la posguerra, sin pensar en que sembraba la semilla del odio racista.

Cuando el país entró en crisis económica en los 80 llegó Le Pen y culpó del desempleo y la criminalidad a los inmigrantes. Su discurso racista caló entre los”franceses de siempre”. Crecieron la marginación en los suburbios, donde se hacinan los musulmanes, y la profanación de cementerios judíos. Los frutos de ese odio: la rebelión en suburbios, con miles de carros quemados y, en plena guerra de las caricaturas de Mahoma, el asesinato del judío Halimi, ordenado por un musulmán.

El choque interracial e interreligioso renace en Europa. Que Dios los agarre confesados.[Fran Ruiz]





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