VOX DEI
«‘Padre Abraham, ten piedad de mí’»
«Había un hombre rico, que se vestía de púrpura y telas finas y banqueteaba espléndidamente cada día. Y un mendigo, llamado Lázaro, yacía a la entrada de su casa, cubierto de llagas y ansiando llenarse con las sobras que caían de la mesa del rico. Los perros se acercaban a lamerle las llagas».