COMO ANILLO AL DEDO
Príncipe, carnicero y espía
Nada sustituye a un buen amigo. Y más si es el presidente. Aunque no es fácil hacerse con su amistad. Puede que sea imposible, tratándose de un individuo narcisista, solo atento a la satisfacción de sus deseos y la defensa de sus intereses. Para ganárselo hace falta dinero, mucho dinero.