Editoriales
Una modesta proposición para vencer a Trump
México ayudó a Donald Trump a convertirse en presidente de Estados Unidos en noviembre de 2016 y es clave en la estrategia del mandatario para conseguir su reelección.
México ayudó a Donald Trump a convertirse en presidente de Estados Unidos en noviembre de 2016 y es clave en la estrategia del mandatario para conseguir su reelección.
Ya nada puede evitar una nueva y constante amenaza de imponer aranceles a las exportaciones mexicanas, que por años gozaron el libre y constante paso hacia el norte del continente, algo que hizo sumamente competitivas a muchas industrias tanto en México como en Estados Unidos.
Después de decir en un principio que Quédate en México era un programa piloto, los funcionarios mexicanos lo expandieron rápidamente a otras ciudades. Ahora, como parte de la negociación anunciada el viernes, las autoridades mexicanas acordaron su implementación en toda la frontera.
El presidente estadounidense amenazó con imponer aranceles aduaneros a los productos que México exporta si ese gobierno no detiene el flujo migratorio hacia Estados Unidos. Credit Tom Brenner para The New York Times
Después de su amplia victoria del año pasado, el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, prometió una gran transformación del país, a su juicio comparable con la independencia de España y la Revolución mexicana.
Después de todo, las “noticias falsas” eran verdaderas. Una potencia extranjera hostil intervino en las elecciones presidenciales de Estados Unidos, con la esperanza de instalar a Donald Trump en la Casa Blanca.
La investigación, que ha puesto sin cortapisas el foco directo sobre el cargo político electo más poderoso del planeta, ha servido para sacar a la luz una serie de delitos que de otro modo hubieran quedado ignorados con un total de 32 personas imputadas.
Los primeros cien días de Andrés Manuel López Obrador en la presidencia han estado llenos de anuncios y proclamaciones. Ha hecho gestos grandilocuentes que han sido aplaudidos por la sociedad.
Justo cuando se acerca un momento decisivo en la crisis de Venezuela, el presidente estadounidense tensó más la situación el lunes 18 de febrero. En un discurso, Donald Trump lanzó una advertencia al ejército venezolano: abandonan al presidente venezolano Nicolás Maduro o lo “pierden todo”.
Trump es un defensor del dinero fácil que quiere que la Reserva Federal mantenga bajos los tipos de interés. Pero sigue nombrando deflacionistas, hombres que se han opuesto a cualquier intento de rescatar la economía de las crisis financieras, que han atacado vehementemente a la Reserva Federal.
Una vez superada la emergencia humanitaria y las decenas de obstáculos complejos requeridos para erradicar al Estado criminal del chavismo, conviene alertar prontamente sobre las organizaciones políticas que vendrán a frenar la fuerza de cambio liberal que ya es nítida.
Donald Trump quiere más que un muro. Una vez más, el presidente de Estados Unidos ha creado su propia realidad, ha fabricado una crisis, ha inventado una invasión, ha criminalizado a los inmigrantes, ha tergiversado los hechos.
Nuevamente la Administración dirigida por Donald Trump ha mostrado inconsistencia al hacer apresurados anuncios de repercusión mundial para, tras revelarse simplemente sobre el papel las graves consecuencias, cambiar de postura.
El tipo estaba podrido de dinero. Nacido ya rico, hijo de un constructor de viviendas en los barrios humildes de Nueva York, había dado el salto a Manhattan en los setenta, cuando muy pronto empezaron a brotar los rascacielos con su nombre en letras doradas. Excesivo, lenguaraz y adicto a la fama.
Punto de inflexión: La política migratoria de tolerancia cero del gobierno de Donald Trump, la cual exige que cualquier persona que cruce la frontera ilegalmente sea procesada, provoca la separación de miles de niños de sus familias.
Donald Trump es el líder populista de una democracia minoritaria. Nunca ganó el voto de la mayoría del pueblo. Parece una paradoja o un oxímoron si consideramos que la democracia es el gobierno de la mayoría electoral, y sin embargo esta es la situación en la que se encuentra hoy Estados Unidos.
Argentina esperaba mostrarle al mundo su nueva economía, una más amigable con los mercados, cuando comenzara esta semana la primera cumbre en Sudamérica del G20. En su lugar, el país ahora busca ayuda para evitar una crisis generalizada.
La seguridad pública, la seguridad nacional y el Estado de derecho son algunas de las frases que le encanta repetir al gobierno de Donald Trump cuando está por revelar alguna de sus políticas migratorias deliberada y vanamente crueles.
El gobierno de Trump condicionó la aceptación de un nuevo tratado comercial diluido a la aceptación de México de una mayor cooperación -o complicidad- con EU para evitar que refugiados centroamericanos, migrantes económicos o una combinación de ambos lleguen a la frontera estadounidense.
Y para el colmo, la popularidad de Donald Trump está subiendo. Con eso no contaban los muchos que, apelando al sentido común, daban por sentado que el tiempo inevitablemente le pasaría factura a las torpezas, las mentiras evidentes y las bravuconerías infantiles.