El Gobierno de Estados Unidos ha resaltado este jueves que la coalición internacional encabezada por Arabia Saudí "está dando pasos" para reducir el número de víctimas civiles provocadas por sus operaciones contra los huthis en Yemen.
En la sala de malnutrición de un hospital en la capital yemení de Saná, los médicos pesan a niños pequeños con protuberancias en las costillas y extremidades esqueléticas.
El ministro de Exteriores de Qatar, Mohamed Abdulrahman al Thani, ha instado a la comunidad internacional a intervenir para frenar la "catástrofe" que se avecina en la región siria de Idlib por la ofensiva de las fuerzas leales de Bashar al Assad.
La coordinadora humanitaria de la ONU en Yemen, Lise Grande, ha llamado la atención sobre la dramática situación en la que se encuentra la población civil en la provincia yemení de Hodeida, sobre la que está en marcha una operación de las fuerzas yemeníes y la coalición que lidera Arabia Saudí.
Investigadores de la ONU advirtieron el miércoles que una inminente ofensiva militar de las fuerzas oficialistas contra unos 10,000 extremistas en el noroeste de Siria no debería dejar a 3 millones de civiles como rehenes.
Siria registró este año un nivel de desplazamientos internos nunca visto desde el inicio de la guerra hace siete años, dijo el miércoles la Comisión de Investigación de Naciones Unidas.
El editor del diario Tiempo Argentino, dijo a Sputnik que "Estados Unidos está inmerso en una guerra interna, con un presidente al que el 'establishment' quiere quitarse de encima".
El presidente estadounidense, Donald Trump, participará hoy en una ceremonia en Shanksville, Pensilvania, para recordar a las víctimas de los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001, cuando murieron casi tres mil personas.
Seis millones de personas entraron a engrosar la lista de quienes pasan hambre a diario y no saben de dónde vendrá su próxima comida durante el año 2017, lo que eleva el total a 821 millones de personas y confirma la tendencia al alza de los últimos tres años.
Por tierra, el gobierno sirio está congregando a miles de conscriptos para apuntalar sus mermadas fuerzas. Por mar, una flotilla naval rusa espera cerca de la costa, lista para intervenir con una formidable potencia de fuego.
La misión de la ONU en Libia dijo a última hora del martes que las milicias en guerra habían acordado un alto el fuego, pero no estaba claro si la violencia había terminado.
El enfrentamiento iniciado hace una semana entre las milicias de Trípoli y otras pertenecientes a la ciudad de Tarjuna (80 kilómetros al sureste de la capital) ha causado en la primera ciudad 47 muertos y 129 heridos, muchos de ellos civiles, según el ministerio de Salud de Libia.
Las protestas sociales por la pérdida de valor de la moneda yemení iniciadas el domingo en la ciudad de Adén se han extendido este lunes a otras ciudades del sur del país bajo control del gobierno reconocido por la comunidad internacional.
El ministro de Relaciones Exteriores iraní dijo el lunes que hay que "limpiar" de insurgentes la provincia siria de Idlib, en momentos en que prepara conversaciones entre Irán, Siria y Rusia para enfrentarse al último gran bastión de poder de los rebeldes opositores al presidente Bashar al-Assad.
"Tenemos que salir del sillón y abrir la boca", apuntó Heiko Maas en una entrevista con el semanario Bild am Sonntag. "A nuestra generación se le dio libertad, un estado de derecho y la democracia como regalo. Nosotros no tuvimos que luchar por ella; (ahora) lo estamos dando demasiado por sentado".
Combatientes opositores sirios destruyeron puentes que conectan áreas bajo su control con territorios en poder del gobierno en el noroeste de Siria, en un intento por frenar una anticipada ofensiva militar contra su último bastión en el país, dijeron activistas y grupos que monitorean la guerra.
De Mistura presentó su propuesta mientras Rusia, el aliado militar más poderoso del presidente Bashar Assad, anunció la realización de maniobras militares en el mar Mediterráneo, en medio de un incremento de las tensiones por el control de ese enclave.
La coalición liderada por Arabia Saudita en Yemen pudo apelar a "crímenes de guerra", además de distintas "violaciones a los derechos humanos", desde 2015, para ayudar a controlar a los rebeldes hutíes.
Los gobiernos de Yemen, Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudí podrían ser responsables de crímenes de guerra incluyendo violación, tortura, desapariciones y "privación del derecho a la vida" durante los tres años y medio de confrontación con los rebeldes yemeníes.
El Gobierno de Yemen y la coalición militar liderada por Arabia Saudí que le apoya, así como los rebeldes huthis han cometido actos que podrían constituir crímenes internacionales, incluidos los bombardeos aéreos de la coalición, que podrían considerarse crímenes de guerra.
