Migración
¿Una frontera militarizada?
El ejército estadounidense se está preparando para enviar 5,000 soldados a la frontera con México con vistas a la llegada de la caravana de inmigrantes centroamericanos.
El ejército estadounidense se está preparando para enviar 5,000 soldados a la frontera con México con vistas a la llegada de la caravana de inmigrantes centroamericanos.
Un nuevo grupo de migrantes salió el domingo de la capital de El Salvador con rumbo a Estados Unidos, inspirados en una gran caravana de centroamericanos que actualmente atraviesa territorio mexicano.
"Todos los ciudadanos se benefician cuando tenemos una frontera fuerte, hermosa", dijo Trump ante cientos de líderes conservadores negros que participaban el viernes en un evento en la Casa Blanca.
Poco después del amanecer del martes, el alcalde se paró en la plaza principal de su ciudad, ubicada al sur de México, e hizo un balance.
En septiembre los agentes arrestaron a 16.658 "miembros de familias", un 80% más que en julio. La escandalosa cifra marcó un nuevo récord mensual desde que existen registros. En los últimos tres meses las detenciones a estos grupos constituyeron el porcentaje más alto de la historia.
"¡Vamos a pasar caminando, es muy importante que estén juntos!". La tensión frena a la caravana migrante, una columna humana que se extiende por un par de kilómetros. Las camionetas de la Policía Federal mexicana rondan al contingente.
El gobierno de Donald Trump está sopesando un conjunto de nuevas políticas que espera que desalienten a los centroamericanos que viajan hacia el norte, a dos semanas de las elecciones intermedias.
La famosa estrella del cine Angelina Jolie se reunió el lunes con cientos de venezolanos que permanecen en un albergue de Lima, adonde llegaron tras huir de la crisis económica y social que atraviesa su país.
No hay valla o fuerza policial que evapore por completo las esperanzas de muchos de los migrantes hondureños que han pasado casi una semana caminando desde que dejaron su casa para tratar de buscarse una vida mejor.
Unos 3,000 integrantes de una caravana de migrantes que viaja por Centroamérica derribaron el viernes una valla fronteriza en Guatemala y se dirigían a un puente hacia México.
El avance de la caravana de buscadores de asilo que partió el pasado fin de semana desde Honduras con dirección a Estados Unidos ha exacerbado la frustración de Donald Trump.
El número de inmigrantes indocumentados detenidos al cruzar de México a Estados Unidos con hijos ha alcanzado niveles récord en los tres meses siguientes a que Donald Trump diera marcha atrás en su polémica política de separación de las familias en la frontera.
Horas después de que los canales de televisión indios informaron que el país estaba deportando a siete musulmanes rohinyá a Myanmar, Sahidullah recibió una llamada de su sobrino: "Tío, por favor, sácanos de aquí. Nos van a devolver también".
Pocas horas después de ser detenidas en una estación de la Patrulla Fronteriza en Texas, dos jóvenes hermanas guatemaltecas denunciaron que un agente las manoseó al hacerles una revisión desnudas.
El gobierno de Donald Trump planea apelar el fallo de un juez federal que impide la deportación de centenares de miles de inmigrantes de cuatro países que viven en Estados Unidos bajo un estatus protegido temporal.
Al revisar mi lista de pacientes de atención primaria, me pregunté quiénes resultarían afectados. Una mujer embarazada de Camerún. Una mujer de edad avanzada con huesos frágiles proveniente de la República Dominicana. Un hombre originario de Ecuador que padece cáncer.
Los coyotes han estado abandonando en las últimas semanas grandes grupos de centroamericanos en el desierto de Arizona, del lado estadounidense de la frontera con México, poniendo en peligro a cientos de menores, según la Patrulla de Fronteras.
Estados Unidos dijo el jueves a El Salvador, Guatemala y Honduras que incrementará su ayuda en el combate a la inmigración ilegal y en la generación de crecimiento económico, siempre que los tres países aumenten sus propios esfuerzos.
Los coyotes han estado abandonando en las últimas semanas grandes grupos de centroamericanos en el desierto de Arizona, del lado estadounidense de la frontera con México, poniendo en peligro a cientos de menores, según la Patrulla de Fronteras.
Mientras los deportados eran llevados del avión a la humeante pista del aeropuerto de San Salvador, una angustiada Araceli Ramos Bonilla estalló en lágrimas con una mueca de dolor en su rostro: "¡Mi hija me la están robando!"