DISPARATES Y DESFIGUROS
Culiacán: de creencias, incompetencia y necedad
Si López Obrador fuera un predicador y/o un activista social no habría problema que pusiera en práctica esas recetas para reducir la inseguridad. El problema es que es el jefe de Estado y de Gobierno y por tanto está obligado a cumplir y hacer cumplir la constitución y el resto de las leyes.