EFEMÉRIDES
Solemnidad de Corpus Christi
Corpus Christi es «Cuerpo de Cristo» en latín. Esta fiesta conmemora la institución de la Santa Eucaristía y se celebra en la Iglesia Latina el jueves después del domingo de la Santísima Trinidad.
Corpus Christi es «Cuerpo de Cristo» en latín. Esta fiesta conmemora la institución de la Santa Eucaristía y se celebra en la Iglesia Latina el jueves después del domingo de la Santísima Trinidad.
Jesús dijo a sus discípulos: «Id proclamando que el Reino de los Cielos está cerca. Curad enfermos, resucitad muertos, purificad leprosos, expulsad demonios. Gratis lo recibisteis; dadlo gratis. No os procuréis oro, ni plata, ni calderilla en vuestras fajas; ni alforja para el camino».
Evangelio significa buena noticia. La buena noticia es la venida de Jesús, Salvador de los hombres. La palabra evangelio no significa primeramente un texto, un libro. Sino que, por su etimología y su uso bíblico, designa originariamente un feliz mensaje un anuncio que hace feliz.
Damos gracias a tantas personas que nos ayudan y aconsejan para evitar peligros no percibidos. Sobre todo, damos gracias a Dios que nos invita a la prudencia y a la limpieza de corazón con la que podemos captar dónde hay un peligro, y tener la prontitud para apartarnos de él.
Una biografía, escrita en Dobrowo alrededor de 1584, que nos informa que Bogumilo era descendiente de la familia de san Adalberto, se cuenta que fue arzobispo de Gniezno en los años 1170-82, pero que, por presiones de los poderosos señores de la zona, renunció a la dignidad episcopal.
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «No penséis que he venido a abolir la Ley y los Profetas. No he venido a abolir, sino a dar cumplimiento. Sí, os lo aseguro: el cielo y la tierra pasarán antes que pase una i o una tilde de la Ley sin que todo suceda.
Dios está en el orden, y este por naturaleza debe ser jerárquico, por lo que una sociedad igualitaria, sin prioridades sapiencialmente establecidas, es un sociedad de la cual Dios ha sido exiliado.
Mientras estaba haciendo estudios de doctorado, tuve un profesor, un anciano sacerdote agustino, que en su comportamiento, lenguaje y actitud, irradiaba sabiduría y madurez. Todo acerca de él demostraba integridad. Confiabas inmediatamente en él, el sabio abuelo de los libros de cuentos.
La tradición nos lo recuerda como un hombre austero. No conocía el griego y probablemente esta era la razón por la cual no encontramos en su obra literaria ese influjo teológico contemporáneo, caracterizado por las controversias trinitarias.
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Vosotros sois la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve sosa, ¿con qué la salarán? No sirve más que para tirarla fuera y que la pise la gente. Vosotros sois la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad puesta en lo alto de un monte».
A pesar de una condena tan universal, la cobardía se ha dado y se da, por motivos muy variados. Uno, fácilmente visible, consiste en el deseo de conservar la propia vida y los propios bienes, y así ceder ante la amenaza de algún tirano poderoso o de un delincuente agresivo.
Un ser es naturalmente inmortal cuando es incorruptible y puede vivir y obrar independientemente de otro. Ahora bien, el alma es incorruptible, porque es simple, indivisible; puede vivir y obrar independientemente del cuerpo, porque es un espíritu; luego, es inmortal por naturaleza.
A Medardo, cuando lo hacen obisp, se encuentra inmerso en el difícil y cruel mundo de restos de paganismo con resistencia a la fe; deberá luchar contra la superstición de sus gentes, contra la ignorancia, las duras costumbres, la haraganería, rapiña y asesinatos.
Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerán en herencia la tierra. Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos serán saciados. Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.
La Iglesia dedica el siguiente domingo después de Pentecostés a al celebración del día de la Santísima Trinidad. El misterio de la Santísima Trinidad -Un sólo Dios en tres Personas distintas-, es el misterio central de la fe y de la vida cristiana, pues es el misterio de Dios en Sí mismo.
En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo: «Tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en Él no perezca, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no ha enviado a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por Él.
Marcelino Champagnat fue un gran hombre que llevó a cabo una obra extraordinaria: cuidó como un buen pastor a la gente de su parroquia, atendió a huérfanos y ancianos, pero sobre todo se consagró a la educación religiosa de la juventud. Ciertamente, aquello no fue nada fácil.
«Dijo Jesús a las gentes en su predicación: «Guardaos de los escribas, que gustan pasear con amplio ropaje, ser saludados en las plazas, ocupar los primeros asientos en las sinagogas y los primeros puestos en los banquetes; y que devoran la hacienda de las viudas so capa de largas oraciones».
Si bien Sus padres terrenales vivían en el pueblo de Nazaret, a 150 km al norte de Belén, un decreto emanado de Roma exigió que todas las familias retornaran a sus lugares de origen para cumplir con un censo que se llevaba a cabo en todo el imperio.
Entre los muchos reproches dirigidos hacia personajes públicos, políticos, periodistas, uno consiste en acusarles de falta de coherencia cuando se les ve atacar a unos por haber hecho algo y no decir absolutamente nada negativo contra otros cuando han hecho exactamente lo mismo.