EFEMÉRIDES
Fernando lll, Santo
San Fernando III, rey de Castilla y de León, que fue prudente en el gobierno del reino, protector de las artes y las ciencias, y diligente en propagar la fe. Descansó finalmente en la ciudad de Sevilla († 1252).
San Fernando III, rey de Castilla y de León, que fue prudente en el gobierno del reino, protector de las artes y las ciencias, y diligente en propagar la fe. Descansó finalmente en la ciudad de Sevilla († 1252).
"¿Andáis preguntándoos acerca de lo que he dicho: ‘Dentro de poco no me veréis y dentro de otro poco me volveréis a ver?’. En verdad, en verdad os digo que lloraréis y os lamentaréis, y el mundo se alegrará. Estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en gozo".
Delante de todo aquello que nos cuentan los Evangelios sobre Nuestro Señor Jesucristo, quedamos extasiados de admiración y lo adoramos, pues Él es la Segunda Persona de la Santísima Trinidad, el Verbo de Dios encarnado.
En Roma, tránsito de santa Úrsula (Julia) Ledóchowska, virgen, que fundó el Instituto de Religiosas Ursulinas del Sagrado Corazón de Jesús Agonizante, y afrontó fatigosos viajes a través de Polonia, Escandinavia, Finlandia y Rusia.
Hace poco más de tres décadas, el cansancio por el jet lag y la emoción por mi primer viaje a Europa, se mezclaban con un sentimiento especial al celebrar el 12 de diciembre en la parroquia dedicada a Nuestra Señora de Guadalupe en Madrid.
Pasó el tiempo de los apasionados ateísmos. Pasó también el tiempo de las apasionadas defensas de Dios. Hoy se habla poco de Dios. El número de los no-creyentes sigue creciendo en los países hasta ahora llamados cristianos.
Durante los años que serví como Superior religioso a una provincia de sacerdotes y hermanos oblatos en Canadá-Oeste, traté de mantener mi pie en el mundo académico haciendo alguna enseñanza adjunta en la Universidad de Saskatchewan.
La intensidad del frío hacía que nuestras bebidas se congelaran y que los dedos de las extremidades perdieran su sensibilidad. A medida que subíamos por la ladera empinada, el poco oxígeno del aire agudizaba la jaqueca.
En París, en la Galia, san Germán, obispo, que habiendo sido antes abad de San Sinforiano de Autún, fue llamado a la sede de esta ciudad, donde, conservando el estilo de vida monástico, ejerció una fructuosa cura de almas († 576).
La pereza crece cuando se autoalimenta. Basta con remolonear a la hora de levantarse, preferir algo fácil en Internet que la tarea importante, posponer una y otra vez lo que resulta costoso, para que el vicio aumente en el corazón.
Cuando afirmamos que la de género es una verdadera “dictadura” no lo hacemos por una convicción militante sino porque la realidad lo viene confirmando, lamentablemente.
Gaia la diosa madre Tierra, entendida como ser planetario, organismo vivo, y cuyo “órgano ejecutor” sería la humanidad. Se sustituye la imagen paterna de Dios por la materna inmanente, cuya energía todo lo sustenta e invade. La piedad y religiosidad nuevas son matriarcales.
San Agustín, obispo de Canterbury, en Inglaterra, el cual, habiendo sido enviado junto con otros monjes por el papa san Gregorio I Magno para predicar la palabra de Dios a los anglos, fue acogido de buen grado por el rey Etelberto de Kent.
En aquel tiempo, Jesús habló así a sus discípulos: "Cuando venga el Paráclito, que yo os enviaré desde el Padre, el Espíritu de la verdad, que procede del Padre, Él dará testimonio de mí. Pero también vosotros daréis testimonio, porque estáis conmigo desde el principio".
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Si alguno me ama, guardará mi Palabra, y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada en él. El que no me ama no guarda mis palabras. Y la palabra que escucháis no es mía, sino del Padre que me ha enviado"-
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Si el mundo os odia, sabed que a mí me ha odiado antes que a vosotros. Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero, como no sois del mundo, porque yo al elegiros os he sacado del mundo, por eso os odia el mundo».
Por tanto, lo que Nuestra Señora advertía en la Cova de la Iria era la existencia de una prodigiosa crisis en la sociedad, la cual, en el fondo, no era sino la consecuencia de una crisis religiosa, que desembocaría en una catástrofe más moral que política.
Bucólica y pastoril, mansa y tranquila era la vida de los pastorcitos de Fátima en su querida comarca tan campesina y sencilla como el oficio de los niños pastores.
Al hablar sobre ese diálogo existe un peligro: usar el término "cultura" en un sentido demasiado vago, que puede dejar a un lado las diferencias.
Tal como nos muestra la Historia de la Iglesia esta ejemplaridad de vida cristiana se fue perdiendo con el trascurso de los años y cuando esto sucedió, hubo que pensar en otra alternativa para alimentar y mantener viva la llama de la fe.