El presidente francés, Emmanuel Macron, ha logrado convertirse en las últimas semanas en la figura central de la Unión Europea, una posición que durante más de tres lustros ha ocupado la canciller alemana, Angela Merkel.
Los ánimos, a solo unos minutos de que arrancase la cumbre europea en Bruselas (a las tres de la tarde), se percibían encendidos, y entre los conservadores se aprecia una cierta indignación ante una escalada del enfrentamiento de la que culpan al presidente francés, Emmanuel Macron.
Theresa May ha enviado este viernes a la dirección del Partido Conservador la carta oficial en la que confirma su renuncia al liderazgo de la formación. A partir de ahora, se mantendrá de modo interino en ese puesto.
Las esperanzas de los partidos de extrema derecha de forjar un bloque unido en el nuevo Parlamento Europeo sufrieron un duro revés el miércoles, cuando Ley y Justicia (PiS), el partido nacionalista que gobierna en Polonia, descartó la posibilidad de unirse a una agrupación de este tipo.
El triunfante dirigente derechista italiano Matteo Salvini dijo el martes que las elecciones europeas han creado “una nueva geografía” de sentimiento antielitista en la Unión Europea.
Los dos principales partidos de Reino Unido preparaban el lunes el escenario para una batalla en torno a un Brexit sin acuerdo, con la esperanza de recuperar a los votantes que optaron en las elecciones europeas por la nueva agrupación liderada por el euroescéptico Nigel Farage.
La política francesa es cosa de dos: Emmanuel Macron y Marine Le Pen. El presidente francés y la líder del Reagrupamiento Nacional—nuevo nombre del partido de extrema derecha Frente Nacional— sumaron juntos casi un 45% en las elecciones europeas del domingo.
Los europeos se despertaron el lunes ante una nueva realidad política, después de que las elecciones al Parlamento Europeo pusieran fin al dominio de los tradicionales partidos de centroderecha y centroizquierda y revelaran un nuevo panorama.
La primera ministra británica, Theresa May, se veía sometida a una intensa presión para que fijara una fecha para su salida del cargo después de que fracasara su última maniobra para el Brexit, eclipsando así unas elecciones europeas que darán testimonio de la división del Reino Unido con la UE.
Un fragmentado Congreso de los Diputados de España se reunió por primera vez el martes tras las inconclusas elecciones generales de abril. Por primera vez, acudieron políticos catalanes que salieron de prisión preventiva para la ocasión.
Macron quería que las elecciones europeas del 23 al 26 de mayo fueran un momento clave para defender sus ambiciones de una Europa más fuerte. Pero en lugar de eso, nacionalistas y populistas que critican al bloque de 28 naciones podrían obtener un éxito sin precedentes.
Son muy jóvenes, pero insisten en que no se los debe considerar recién llegados. Por el contrario, reclaman la herencia de la Vieja Europa más tradicional. Varios de los candidatos de ultraderecha a las elecciones europeas de este año tienen menos de 30 años, al igual que algunos de sus seguidores.
La cumbre europea de todos los símbolos marcará este jueves en Sibiu (Rumania) el inicio del viaje de la Unión Europea hacia territorios políticos desconocidos. Por primera vez, el club comunitario encara unas elecciones al Parlamento Europeo (del 23 al 26 de mayo).
Este martes el primer ministro Giuseppe Conte retiró oficialmente el encargo de subsecretario de Infraestructuras y Transporte al senador Armando Siri, estrecho colaborador de Matteo Salvini, quien acusó a Conte de no ser imparcial entre las dos fuerzas políticas en el Ejecutivo.
Sobre el papel, el nombre con más opciones sería el candidato del PPE, el alemán Manfred Weber, por representar a la familia política con mayor peso en la Eurocámara y contar oficialmente con el apoyo de la canciller alemana, Angela Merkel.
El ex primer ministro italiano Silvio Berlusconi, de 82 años, fue hospitalizado por una molestia severa de riñón el martes, aunque su partido político señaló que tiene previsto reanudar lo antes posible la campaña electoral para los comicios europeos de mayo.
El gobierno británico no es el único que tiene problemas sobre el Brexit. El principal grupo opositor, el Partido Laborista, está sumido en una división interna sobre si apoya un segundo referendo sobre la pertenencia británica a la Unión Europea.
El 'número dos' del Gobierno de Reino Unido, David Lidington, confía en que el Parlamento dé el visto bueno al acuerdo de retirada de la Unión Europea antes de que tome posesión la próxima Eurocámara a principios de julio, a pesar de la falta de avances al respecto.
Los jefes de más de 70 asociaciones locales han anunciado la convocatoria de un encuentro extraordinario para debatir el futuro de May. El foro prevé realizar una votación no vinculante en la que participarán unos 800 dirigentes de la formación gobernante.
El Parlamento Europeo estimó que los grupos nacionalistas, populistas y antiinmigración harán avances significativos en las elecciones europeas que se celebran del 23 al 26 de mayo, aunque espera que los partidos tradicionales sigan controlando la asamblea.
