Están sentados en filas ordenadas, con su uniforme muy bien planchado. Pero en esta clase, debido a que están debatiendo sobre los fundamentos de la democracia y los derechos civiles, los estudiantes hongkoneses de bachillerato provocan que Pekín se preocupe de que se salgan de control cada vez más
Las protestas se desataron a causa de la ira que provocaron los planes del gobierno de Hong Kong de permitir la extradición. Desde entonces, las quejas se han sumado a la causa: el precio prohibitivo de las viviendas, un sistema electoral que consideran injusto y denuncias de brutalidad policiaca.
Los oficiales luchaban con Colin Cheung en un auto de la policía que parecía particular. Necesitaban registrar su rostro. Lo tomaron por la mandíbula para forzarlo a poner la cabeza de frente a su iPhone. Lo abofetearon. Le gritaron: “¡Despierta!”. Le abrieron los ojos.
Parece que 2019 podría ser el año de las protestas. La semana pasada en Praga, los checos se concentraron en la manifestación más grande desde la caída de la Cortina de Hierro para exigir la renuncia de su primer ministro acusado de corrupción.
Ahora, después de su capacitación, sabe qué buscar… y qué bloquear. Pasa horas escaneando contenido en línea para empresas chinas de medios a fin de encontrar cualquier cosa que provoque la ira del gobierno.
Hong Kong, el mercado inmobiliario más caro del mundo, tiene un plan para hacer frente a su crisis de viviendas: construir cuatro islas artificiales cuyo tamaño equivaldrá a una quinta parte de Manhattan y que podrán albergar a más de un millón de ciudadanos.
La expresión "delito de cuello blanco" apenas si era usada hasta que el criminólogo Edwin Sutherland comenzó a hacerlo. A finales de la década de 1930, prácticamente todas las incidencias de robo eran vinculadas a personas pobres.
