MUY OPORTUNO
La dictadura de género en Canadá
Cuando afirmamos que la de género es una verdadera “dictadura” no lo hacemos por una convicción militante sino porque la realidad lo viene confirmando, lamentablemente.
Cuando afirmamos que la de género es una verdadera “dictadura” no lo hacemos por una convicción militante sino porque la realidad lo viene confirmando, lamentablemente.
Gaia la diosa madre Tierra, entendida como ser planetario, organismo vivo, y cuyo “órgano ejecutor” sería la humanidad. Se sustituye la imagen paterna de Dios por la materna inmanente, cuya energía todo lo sustenta e invade. La piedad y religiosidad nuevas son matriarcales.
San Agustín, obispo de Canterbury, en Inglaterra, el cual, habiendo sido enviado junto con otros monjes por el papa san Gregorio I Magno para predicar la palabra de Dios a los anglos, fue acogido de buen grado por el rey Etelberto de Kent.
En aquel tiempo, Jesús habló así a sus discípulos: "Cuando venga el Paráclito, que yo os enviaré desde el Padre, el Espíritu de la verdad, que procede del Padre, Él dará testimonio de mí. Pero también vosotros daréis testimonio, porque estáis conmigo desde el principio".
Por tanto, lo que Nuestra Señora advertía en la Cova de la Iria era la existencia de una prodigiosa crisis en la sociedad, la cual, en el fondo, no era sino la consecuencia de una crisis religiosa, que desembocaría en una catástrofe más moral que política.
Bucólica y pastoril, mansa y tranquila era la vida de los pastorcitos de Fátima en su querida comarca tan campesina y sencilla como el oficio de los niños pastores.
Al hablar sobre ese diálogo existe un peligro: usar el término "cultura" en un sentido demasiado vago, que puede dejar a un lado las diferencias.
Tal como nos muestra la Historia de la Iglesia esta ejemplaridad de vida cristiana se fue perdiendo con el trascurso de los años y cuando esto sucedió, hubo que pensar en otra alternativa para alimentar y mantener viva la llama de la fe.
Jesús empieza a manifestarse cercano a las multitudes y las multitudes lo escuchan, lo buscan y se sorprenden de su poder y su autoridad. Jesús sana a los enfermos, expulsa a los demonios, hace oración, enseña y no se limita al círculo que le imponen ni sus familiares ni las costumbres de su pueblo
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Éste es el mandamiento mío: que os améis los unos a los otros como yo os he amado. Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando».
Una vez, un reportero preguntó a dos hombres, en el lugar donde se estaba construyendo una iglesia, qué hacía cada uno de ellos por ganarse la vida. El primero respondió: “Soy albañil”.
La referencia a la conciencia es algo habitual en el hombre. Y puede ser que si nos preguntan: ¿qué entiendes por conciencia?, la respuesta sea que la conciencia es aquel hábito que determina la bondad o la malicia de los actos. ¿Eso es así? ¿Es la conciencia la única norma moral?
Un fenómeno social y moral, y en el fondo religioso, es la vida de la conciencia. Convengamos que la conciencia es en lenguaje de Francisco Gabilondo Soler, como el Pepe Grillo de Pinocho. Es ese pequeño ángel que nos dice qué está bien y qué está mal de los que hacemos o pensamos hacer.
En Roma, san Juan Bautista de Rossi, presbítero, que atendió en la Ciudad Santa a los pobres y a los más marginados, instruyendo a todos en la santa doctrina. († 1764).
Un paracaidista estadounidense perdido llamó empapado a la puerta de la granja de la familia Rigault en Normandía la madrugada del 6 de junio de 1944, varios kilómetros al sur de la zona donde estaba previsto que cayera.
“Como el Padre me ama, así los amo yo. Permanezcan en mi amor. Si cumplen mis mandamientos, permanecen en mi amor; lo mismo que yo cumplo los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Les he dicho esto para que mi alegría esté en ustedes y su alegría sea plena”.
La respuesta, para muchos, parecería obvia: ha aumentado la escolarización, hay muchos medios de comunicación, contamos con Internet...
El papel de María en nuestra vida espiritual no puede ser diferente al que jugó en la vida de Cristo. No olvidemos que desde la crucifixión de su Hijo, ella se transformó en madre nuestra también.
Recientemente tuve el almuerzo con un buen amigo que está pasando por tiempos muy dificiles. Está en medio de un doloroso divorcio. Está muy confundido, sus finanzas están destrozadas, su mundo está al revés y tiene el corazón roto.
Santa Rita, religiosa, casada con un hombre violento, toleró pacientemente sus crueldades reconciliándolo con Dios, y al morir su marido y sus hijos ingresó en el monasterio de la Orden de San Agustín en Casia, de la Umbría, en Italia, dando a todos un ejemplo sublime de paciencia y compunción.