ECOLOGÍA
Los comerciantes de la sed
Habían pasado once días desde que una válvula rota redujo a un escueto goteo el suministro del sistema de agua del distrito y los teléfonos del negocio de camiones cisterna de Pradeep Tamanz no paraban de sonar.
Habían pasado once días desde que una válvula rota redujo a un escueto goteo el suministro del sistema de agua del distrito y los teléfonos del negocio de camiones cisterna de Pradeep Tamanz no paraban de sonar.
La emergencia climática está creando el marco de referencia político, financiero y global para la Unión Europea en las próximas décadas. A la hora de valorar lo acontecido en las últimas semanas en la agenda internacional del clima es preciso adoptar una perspectiva amplia.
A medida que la escasez de agua, las altas temperaturas y el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero amenazan la producción de alimentos, los países de todo el mundo buscan nuevas soluciones en el suelo.
Los demagogos de la actualidad prometen un futuro basado en intentos ya fallidos. Pareciera que los seres humanos viven en el planeta de la inexperiencia. El futuro pide ser soñado de otra manera.
La oleada de incendios que padece el este de Australia, que han convertido el aire de Sídney en uno de los más contaminados del mundo y devastado cuatro millones de hectáreas, además de provocar la muerte de nueve personas, se alza como un símbolo del poder destructivo del cambio climático.
En su discurso ante la Cumbre del Clima en Madrid, la célebre activista sueca Greta Thunberg dijo que la esperanza del cambio en la defensa medioambiental no proviene ‘de los gobiernos o las empresas, sino de la gente’.
El aspecto más aterrador del drama político estadounidense no es la revelación de que el presidente haya abusado de su poder para beneficio personal. Quien no lo viera llegar desde el mismo día en que Donald Trump fue elegido es que no estaba prestando atención.
La cumbre de Madrid no consigue reforzar los compromisos climáticos. Se presentó como la cumbre de la ambición, pero la conferencia de la ONU sobre el cambio climático, que ayer cerró sus puertas en Madrid tras dos días de prórroga, no ha conseguido culminar con éxito su gran objetivo...
Una posible definición de “ciencia” es la de “sistemas lógicos con capacidad predictiva”. Lo que, efectivamente, distingue a las teorías científicas de otros sistemas descriptivos es, por encima de todo, que pueden predecir lo que va a suceder en el dominio que pretenden describir.
El pasado 15 de marzo desapareció la segunda ciudad más poblada de Mozambique. Beira, con 500,000 habitantes, quedó inundada por el ciclón Idai en un 90%, y daba la sensación de haber sido arrasada por la guerra, como aseguraban fuentes de Oxfam.
Aferrándose a una mata para conservar el equilibrio, Tiffany Troxler avanza cuidadosamente por un entablado improvisado al adentrarse en el pantano. El tablón se hunde y ella queda con agua color té hasta las rodillas.
He aquí una pregunta que debemos hacernos, pero antes de responder tendremos que reconocer la diversidad de expectativas y anhelos que tenemos para con los océanos, que cubren más de dos tercios de la superficie del planeta.
A simple vista, estos 57 kilómetros cuadrados (22 millas cuadradas) de agua no parecen nada excepcional. Pero debajo de la superficie --a 20 o 25 metros (60 o 70 pies)-- de profundidad, hay un paisaje marino espectacular. Esponjas, bálanos y gusanos cubren las salientes rocosas del lecho oceánico.
Venecia ha sufrido estos días la mayor catástrofe que se recuerda desde 1966. Un fuerte temporal, acompañado de un pequeño ciclón, propició la subida del agua hasta los 187 centímetros provocando la muerte de dos personas y desencadenando destrozos múltiples en viviendas, almacenes, hoteles...
Será inevitable "un sufrimiento humano no revelado" si no hay cambios profundos y duraderos en actividades humanas que contribuyen al efecto invernadero y otros factores ligados al cambio climático.
El agua de mar desalinizada es la fuerza vital de Arabia Saudita, en especial en la Universidad de Ciencia y Tecnología rey Abdalá, un centro de investigación internacional que prosperó hace una década en el desierto árido y despoblado.
A la sombra de un plátano cerca de la frontera de Albania con Grecia, Jorgji Ilia llena una botella con agua en uno de los numerosos manantiales del río Vjosa. “No hay nada mejor que el río”, dice este maestro de escuela jubilado. “El Vjosa embellece nuestro pueblo”.
Los científicos nos dicen que el cambio climático de origen humano provocado por la combustión de combustibles fósiles ha llevado a la humanidad y a las especies que conviven con ella a la sexta extinción masiva desde que hay vida en la Tierra.
En la víspera de la Cumbre sobre la Acción Climática de Naciones Unidas, celebrada en septiembre, millones de jóvenes se movilizaron y transmitieron el siguiente mensaje a los dirigentes del mundo: “Nos están fallando”. Tienen razón.
Desde su publicación en Estados Unidos, El planeta inhóspito. La vida después del calentamiento (Debate), libro del periodista David Wallace-Wells (Nueva York, 1982) que acaba de salir en España, causó una honda impresión por la forma en que enfoca el cambio climático.