El alcalde de Tecalitlán, estado occidental de Jalisco, Víctor Díaz, consideró como "un hecho aislado" la desaparición de tres italianos, pertenecientes a una misma familia, el último día de enero pasado, que ha generado un gran revuelo en México e Italia
Los tres italianos desaparecidos en México el último día de enero fueron desaparecidos por órdenes del Cártel de Jalisco Nueva Generación, la organización criminal más poderosa del país.
El escándalo puso en evidencia que prácticamente ninguna instancia del Estado se salva de la rampante corrupción, a pesar de que el Poder Judicial goza de un sólido prestigio ganado a pulso, e incluso a veces suele ser considerado uno de los últimos baluartes de la rectitud y la transparencia.
También los expertos y las autoridades atribuyen el aumento histórico de homicidios, que llegó a su punto máximo en 20 años en 2017, según cifras oficiales, a la impunidad, a la falta de buenos policías o a la feroz disputa de las bandas por apoderarse de territorios.
Los niños se han convertido en México en el eslabón más débil de la cadena de la violencia y al menos tres mueren cada día en medio del torbellino sangriento que envuelve a este país desde hace 11 años tras estallar la llamada "guerra contra el crimen".
Con una población de apenas 112,000 habitantes, forma parte de Colima, el tercer estado más pequeño de México, colindante con Jalisco y Michoacán, que hasta hace unos años era publicitado por los folletos turísticos como "el estado más seguro del país" y "el lugar donde no pasa nada".
El Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG), que a juicio de especialistas ya desplazó al Cártel de Sinaloa tras la recaptura hace dos años de su líder Joaquín "El Chapo" Guzmán, extraditado a Estados Unidos, dio a conocer que lanzará una ofensiva para liquidar a sus enemigos.
El asesinato de dos curas católicos el lunes en el estado de Guerrero, sur de México, y cuyos sus cuerpos fueron hallados a la vera de una ruta que une a las localidades de Taxco e Iguala, confirmó la certeza de los expertos de que los sacerdotes están en la mira del crimen.
Dos sacerdotes y un maestro fueron asesinados hoy en el estado sureño de Guerrero, y sus cuerpos fueron hallados en la ruta que une a las localidades de Taxco e Iguala.
Pero la diferencia más importante es que, en contraste con lo ocurrido hace 11 años, cuando el entonces presidente Felipe Calderón lanzó su fallida operación anticrimen, ahora no participan ni el ejército y ni la marina, cuyo rol ha sido cuestionado enfáticamente por organizaciones humanitarias.
El gobierno mexicano vuelve a la carga para lanzar una nueva ofensiva contra el crimen, más afinada y precisa que la de 2006, en las ciudades más violentas del país, mediante el despliegue de unos 5,000 efectivos.
México se ha convertido en un verdadero paraíso de tráfico de datos personales, que se venden a diestra y siniestra al mejor postor, lo que ha generado una gran inquietud social y un debate sobre la necesidad de adoptar medidas para enfrentar el tema.
Hace unos meses, en un video que se expandió por Internet, se pudo constatar como una mujer y un niño se apoderaron de las limosnas en una capilla consagrada a San Judas Tadeo en el municipio de Lerma, estado de México, a unos 70 kilómetros al oeste de la capital en menos de dos minutos.
"Si ustedes prometieron no dañar a las familias, éste es uno de los daños más grandes que puede existir después de no saber de nuestros seres amados", dijeron los autores del texto, difundido a través de los medios de comunicación.
Los funcionarios y ex funcionarios corren el riesgo de ser condenados hasta a 10 años de prisión, pero lo importante es que se sienta un precedente para que otras administraciones locales "pongan sus barbas a remojar" y se apresuren a cumplir los veredictos de la Corte.
Dos fosas clandestinas con al menos 20 cuerpos en un paraje del estado occidental de Nayarit, uno de los escenarios de la violencia que sacude al país en los últimos 11 años y se estima que podría tratarse de víctimas del crimen organizado.
Las autoridades de Estados Unidos clasificaron a algunas zonas de México en la categoría de máximo peligro, al mismo nivel que países en guerra como Irak y Somalia, en su nuevo ranking de lugares que no recomienda visitar a sus ciudadanos.
El crimen en México le está costando muy caro a los empresarios, que se quejan de haber perdido el equivalente a unos 2,100 millones de dólares en 2017 solo para prevenirse contra la delincuencia o por dinero que dejaron de ganar debido a la ola de robos, asaltos y extorsiones.
La sangre no deja de correr en vastos territorios de la geografía mexicana cuando se acaba de cumplir 11 años de que el gobierno lanzó su cuestionada campaña contra los llamados "cárteles de la droga", con apoyo del Ejército, que hasta ahora arrojó 235,000 muertos y al menos 30,000 desaparecidos.
Una oleada de homicidios políticos, nueve en menos de 10 días, se convirtió en preludio ominoso de una etapa de agitación política justo a seis meses de las esperadas e históricas elecciones presidenciales del 1 de julio próximo.
