TRAS BAMBALINAS
Las nuevas amenazas al periodismo vienen de los gobiernos
Las acusaciones contra Julian Assange en Estados Unidos y contra Glenn Greenwald en Brasil pueden ser el modelo para una ofensiva global contra la libertad de prensa.
Las acusaciones contra Julian Assange en Estados Unidos y contra Glenn Greenwald en Brasil pueden ser el modelo para una ofensiva global contra la libertad de prensa.
Si alguien esperaba que al abandonar la cárcel el expresidente Lula da Silva se echara inmediatamente a la carretera a hacer campaña (aunque sus dos condenas le impiden ser candidato), tendrá que esperar.
En psicología se llama “ley del hielo” o “ley del silencio” al comportamiento que usamos con una persona a la que queremos aislar e ignorar. Cuando habla no le hacemos caso: con ella usamos solo el silencio.
Las crisis que están sacudiendo a varios países de América Latina, a pesar de tener orígenes específicos, hacen aflorar problemas comunes. Uno de ellos es el ajuste al que están siendo sometidas las economías de la región.
Lula da Silva, está de vuelta en el tablero político. Ha despertado a sus bases al tiempo que ha provocado las primeras reacciones de sus adversarios. Durante su discurso en São Bernardo do Campo endulzó el corazón de sus seguidores con palabras de esperanza de un país mejor.
Un enemigo fiel sabe cuándo lo necesitan. Nicolás Maduro declaró recientemente, aunque luego matizara sus palabras, que las revueltas populares en Chile y Ecuador respondían a cierto plan desestabilizador de la región urdido por el Foro de São Paulo.
Ante las recientes protestas que han sacudido a Chile, surgió con rapidez una corriente de pronunciamiento público a favor de las libertades y en contra de la represión. Varios escritores e intelectuales sumaron sus voces para exigir que los militares no ocuparan las calles.
A las críticas por su ambición del poder se le han sumado los ataques por los incendios que han arrasado dos millones de hectáreas en la Chiquitania. La oposición ha tratado de hacer ver que el principal responsable de lo ocurrido ha sido el mandatario, que aprobó leyes que facilitan el "chaqueo".
Un interesante y provocador artículo de Daniel Innerarity en estas mismas páginas, ponía el acento en recordar que todas las instituciones de la democracia se basan a fin de cuentas en la gestión de la ignorancia.
Podría decirse que Dilma Rousseff, de 71 años, es una activista de izquierdas devenida en tecnócrata. Cierto, pero Dilma es sobre todo una luchadora. Presidenta de Brasil, fue la primera mujer en gobernar el país, entre 2011 y 2016.
Creo que quedan ya pocas dudas. Jair Bolsonaro se está devorando a Sergio Moro. Pero, ¿no aparecieron abrazados y felices el sábado, con motivo de la Independencia de Brasil? Eso fue solo fachada porque el presidente al mismo tiempo que está desangrando a su ministro de Justicia.
Vladimir Putin y Xi Jinging descansan tranquilos cuando de petróleo se trata. Más allá de sus problemas internos -que aún no despejan- saben que cuentan con una lejana aunque corpulenta reserva de crudo para continuar explotando. Es la que les obsequia Nicolás Maduro en una empobrecida Venezuela.
Antes de renunciar a su cargo al frente de la Procuraduría General de la República (PGR) de México, Raúl Cervantes aseguró que la investigación sobre “uno de los mayores esquemas de corrupción internacional que en América Latina y en México se hayan visto” estaba lista.
No sé si a los brasileños y al mundo les interesa saber que el presidente Jair Bolsonaro conoce con detalle cómo se torturaba y mataba durante la dictadura brasileña (1964-1985). No se trata de un secreto. Ha sido él mismo quien lo ha revelado.
Los votos se habían contado y el cielo carioca crepitaba con fuegos artificiales mientras los simpatizantes del populista de extrema derecha Jair Bolsonaro celebraban su elección como presidente de Brasil. Sin embargo, no todos estaban felices.
Si cada nación tiene un mito fundacional que organiza su identidad y les da vida a sus instituciones, como la democracia racial en Brasil o el sueño americano en Estados Unidos, en Argentina hay dos: el mito del pueblo y el mito de la clase media.
La celebración del 50 cumpleaños del líder de la iglesia La Luz del Mundo, Naasón Joaquín García, en el Palacio de Bellas Artes ha levantado todo tipo de especulaciones e interpretaciones que han dejado de paso una pregunta: ¿hay una agenda evangélica en el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador?
El presidente de Brasil, Jair Messias Bolsonaro, al que sus compañeros de la ultraderecha llaman el “mito”, podría resultar más peligroso y menos evidente de lo que se suele pensar. Podría hasta querer encarnar el mito griego del engaño del caballo de Troya.
El Senado del Estado Alabama (EE UU) revisó la ley del aborto para convertirlo en crimen, incluso en caso de violación o incesto. La única excepción es si se trata de salvar la vida de la mujer. La artimaña legislativa tiene al menos dos objetivos.
Podría parecer que el alzamiento de militares el 30 de abril no cambió nada en Venezuela. Pero los sucesos de ese día revelaron dos aspectos que podrían ser decisivos: la existencia de una grieta en las fuerzas armadas y las dimensiones de la complejidad de la crisis venezolana.