CALAMIDADES
Las demasiadas muertes de Colombia
Alexander Parra, un exguerrillero de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc), se convirtió en gestor de paz cuando ese grupo dejó los fusiles para involucrarse en la vida política.
Alexander Parra, un exguerrillero de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc), se convirtió en gestor de paz cuando ese grupo dejó los fusiles para involucrarse en la vida política.
El anuncio del exjefe guerrillero y disidente de las FARC, Ivan Márquez, de que reanuda las actividades terroristas es una agresión a la democracia colombiana y un injustificable rechazo a un proceso de paz que ha marcado un hito en la historia tanto de Colombia como de Latinoamérica.
Francisco Barragán murió de un paro cardiaco el 22 marzo casi frente al Palacio Nacional. Barragán, un agricultor de amapola del estado de Guerrero, tenía 56 años y llevaba 39 días acampando frente a la sede del gobierno en Ciudad de México.
El tercer jinete del apocalipsis es inseparable del segundo, la guerra. Ambos cabalgan juntos sobre 74 millones de personas en el mundo, y son el equivalente a los dos tercios de la población total que sufre hambre en el planeta.
Lo sabemos: México es un país aplastado por la violencia. Y de tanto en tanto conviene recordar el tamaño de su horror. Esta semana se presentó el informe anual del Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal respecto a las 50 ciudades más violentas del mundo.
México es el país de América Latina con mayor número de jóvenes que no estudian ni trabajan, según un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Centro de Estudios Espinosa Yglesias, un think tank local.
Hace unos días, el Centro Nacional de Memoria Histórica de Colombia divulgó un informe que contiene cifras sobrecogedoras sobre la magnitud de la guerra interna que ha vivido este país durante los últimos 60 años.