Los brasileños que se presenten en la frontera sur de Estados Unidos para solicitar asilo tendrán que esperar en México, junto a decenas de miles de otros migrantes que han sido enviados ahí de conformidad con una política del gobierno del presidente Donald Trump establecida hace un año.
El Departamento de Seguridad Nacional señaló que ha comenzado a enviar brasileños a México debido al incremento de personas provenientes del país sudamericano que buscan refugio en Estados Unidos.
Horas más tarde, el INM rectificaba y emitió un nuevo comunicado en el que anuló la orden de la víspera, destacó su compromiso con la “transparencia” y “el respeto a los derechos humanos” e informó que las visitas se reanudarían a partir del 1 de febrero.
En menos de 24 horas, el Gobierno de López Obrador ha anunciado una medida y la contraria en materia de migración, uno de los asuntos clave de su Administración y de la relación con Estados Unidos.
El presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador criticó el miércoles una orden de su propia agencia de inmigración que negó temporalmente a las ONGs el acceso a los centros de detención para migrantes en el país.
Para muchas personas que observaron los momentos en que cientos de elementos de la Guardia Nacional con cascos y escudos se enfrentaron a cientos de migrantes que descansaban bajo la sombra después de caminar toda la mañana, “rescatar” no parecía ser la palabra adecuada.
Más de 140 migrantes centroamericanos han retornado a sus países desde Guatemala tras embarcarse en alguna de las últimas caravanas organizadas para tratar de llegar a Estados Unidos, según la Organización Internaiconal para las Migraciones (OIM), que ha coordinado estos regresos voluntarios.
Luego de ver cómo efectivos de la Guardia Nacional y agentes de migración disolvían la última en el umbral de su casa, llevando a hombres, mujeres y niños llorosos a los autobuses que los trasladaron a un centro de detención en la cercana ciudad de Tapachula, está seguro de una cosa.
Desde el puesto callejero donde su familia vende mole, barbacoa y estofado de pollo, Miguel Ángel Vázquez ha visto pasar todas las caravanas de migrantes y solicitantes de asilo centroamericanos de los últimos años, con miles de personas que huyen de la pobreza y la violencia.
Cientos de migrantes centroamericanos que buscan llegar a Estados Unidos ingresaron a México desde Guatemala este jueves aprovechando la ausencia de fuerzas de seguridad en la frontera, constató un equipo de la AFP.
López Obrador ha sido criticado de hacerle el trabajo al mandatario estadounidense Donald Trump al frenar de manera más agresiva el paso de las caravanas migrantes.
Autoridades mexicanas detuvieron intempestivamente el jueves el avance de una nutrida caravana de migrantes centroamericanos cerca de la frontera con Guatemala, provocando un momentáneo caos que llevó a parte de la muchedumbre a huir para evitar ser capturada por agentes de seguridad.
Nueve personas deportadas por el gobierno de Donald Trump en el marco de una política que separó a miles de familias de migrantes regresaron a Estados Unidos y se reencontraron con sus hijos, a los que no veían desde hacía un año y medio.
“La salvaje agresión cometida por la Guardia Nacional contra refugiados hondureños y la aprehensión de más de 400, es una violación al Artículo 11 de la Constitución y de los tratados internacionales que hemos suscrito”, escribió Muñoz Ledo en su cuenta de Twitter.
La caravana migrante proveniente de Honduras, seriamente disminuida e integrada ahora por cerca de 1,500 centroamericanos, logró hoy entrar a México clandestinamente cruzando el Río Suchiate, frontera natural con Guatemala y avanzar al menos 11 kilómetros.
Cientos de migrantes centroamericanos varados en Guatemala sopesaban el miércoles sus limitadas opciones para entrar a México mientras los vigilan agentes policiales y de inmigración.
El gobierno mexicano intentaba este martes dialogar con una nueva caravana de centroamericanos para que desistan de ingresar de manera irregular y en cambio se acojan a programas de refugio y empleo temporal en el sur del país.
El gobierno mexicano rechazó las críticas en su contra por supuestamente reprimir a migrantes, y negó haberse excedido en los operativos de contención en la frontera sur, afirmando que no usará la fuerza para frenar el incesante éxodo centroamericano.
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, dijo el miércoles que fue “un caso aislado” el enfrentamiento esta semana entre efectivos de la Guardia Nacional y miembros de una caravana de migrantes centroamericanos en la frontera sur.
El Gobierno de México dijo el martes que frenará el paso de caravanas de migrantes indocumentados que busquen ingresar por la fuerza al país, un día después de que cientos de personas de un grupo conformado por miles de centroamericanos entraran en su territorio.
