Autoridades mexicanas detuvieron a un jefe municipal de policía por sus supuestos vínculos con el asesinato de tres mujeres y seis niños de una comunidad mormona mexicano-estadounidense en el norte del país, informaron el viernes medios locales y un funcionario.
Rodeado por decenas de sus descendientes, Adrián LeBarón dio gracias a Dios mientras se preparaba para celebrar la Navidad por primera vez desde que sicarios del crimen organizado asesinaron a su hija y cuatro nietos el mes pasado.
Mientras el ácido abrasaba su piel, en medio de la agonía en la camilla de una ambulancia, marcó su número. "Fuiste tú. Lo sé". El rostro de María Elena Ríos, de 26 años, se estaba borrando. El químico penetraba sus mejillas, su boca, su cuello, su pecho, sus brazos, sus piernas.
“Se quita esta máscara de simulación en la que se había encubierto no solamente la corrupción en las instituciones públicas vinculadas a los temas de seguridad, sino también la simulación que se erigió durante mucho tiempo en las políticas de combate a la delincuencia organizada”, valoró.
El gobierno mexicano desplegó en las calles más soldados que nunca para combatir la inseguridad, pero no alcanza para frenar la violencia que aumenta a niveles históricos.
La mujer no podía creerlo cuando al denunciar la desaparición de su hija las autoridades le dijeron que se había ido con el novio. “¡Pero si apenas tenía 12 años y los vecinos vieron que la subieron a un coche a golpes, arrastrándola!”.
México no le ofreció “nada” al gobierno de Estados Unidos para que su presidente, Donald Trump, no designara a los cárteles mexicanos de la droga como grupos terroristas, dijo el canciller mexicano en una entrevista con un medio local.
Barr planea estar en la Ciudad de México el jueves para reunirse con López Obrador, al igual que con el canciller, el fiscal general y otros funcionarios de seguridad, según un funcionario del Departamento de Justicia de Estados Unidos.
Miembros de la familia LeBarón, integrante de una comunidad mormona del norte de México, exigieron este martes que no haya chivos expiatorios en la investigación por el asesinato de tres mujeres y seis niños de su comunidad que fueron masacrados a inicios de noviembre.
El presidente de México Andrés Manuel López Obrador mantiene su apuesta por una postura de “abrazos, no balazos” para enfrentar al crimen organizado, pero después de que hombres armados intentaron invadir un pueblo en el estado de Coahuila, en el norte del país, algunos creen que solo una...
Los habitantes de un pequeño poblado del norte de México comenzaron a limpiar las calles el lunes, luego de un intenso tiroteo entre efectivos de seguridad y miembros del crimen organizado que dejó 22 muertos el fin de semana.
La fiscalía mexicana ha informado este domingo de la detención de “varios individuos”, presuntamente implicados en la matanza de los Langford-LeBarón, a principios de noviembre. Según fuentes del Gobierno federal “son al menos tres”, aunque el número total podría ser mayor.
Un año más tarde, la situación es sin embargo igual o peor. Los programas sociales de López Obrador funcionan desde hace meses, igual que la Guardia Nacional, pero los resultados no llegan. Y lo que es más preocupante, el aparato de seguridad demuestra una falta de coordinación alarmante.
Las fuerzas de seguridad de México mataron el domingo a otros siete presuntos integrantes de una banda de narcotraficantes que realizó un ataque de una hora en una ciudad cerca de la frontera con Texas, dijeron funcionarios, agregando que el total de muertos subió al menos a 21.
La marcha busca manifestar la solidaridad de un grupo de mormones que emigraron hace más de un siglo a México desde Estados Unidos cuando las leyes en este último país se endurecieron hacia la práctica de la poligamia, con las familias de víctimas del crimen organizado.
El día que la mataron había acudido a la capital para realizarse una prueba psicológica dentro del proceso judicial abierto, pues había recurrido la decisión del juez. Estaba de camino al aeropuerto para tomar un vuelo con destino a Monterrey y reencontrarse con su familia.
Dos jueces mexicanos fueron suspendidos el viernes luego de una cadena de sucesos que culminó en el asesinato de una mujer cuyo exesposo, un prominente exejecutivo de Amazon, había sido detenido brevemente tras agredirla en enero.
El lunes miles se manifestaban por el Día Internacional para la Erradicación de la violencia contra las Mujeres y exigían medidas efectivas para prevenir estos delitos y que se hiciera justicia por las 10 mujeres que son asesinadas al día en todo el país.
El presidente Andrés Manuel López Obrador advirtió este viernes a Estados Unidos que México no permitirá que extranjeros armados actúen en su territorio, luego de que su par estadounidense, Donald Trump, dijera que designará como "terroristas" a los narcotraficantes.
El asesinato de una mujer en un país con altos niveles de femicidio parece ya no suscitar mayores reacciones en medio de 13 años de violencia en ascenso, pero la muerte de Abril Pérez, el pasado 25 de noviembre, encendió como pocas veces la indignación general.
