¡BASTA YA!
“¡Trump y Pence, fuera ya!”
Basta una chispa para comenzar un incendio. Así fue el arranque de la protesta contra el presidente Donald Trump en Washington en la noche del cierre de la Convención Republicana.
Basta una chispa para comenzar un incendio. Así fue el arranque de la protesta contra el presidente Donald Trump en Washington en la noche del cierre de la Convención Republicana.
La conexión temporal del golferío entre Ocasio-Cortez y Díaz no es un fenómeno aislado. Reducir y someter a las mujeres al agravio machista por su mera condición femenina es todo un clásico. La primera respuesta del teclado predictivo al ‘cómo se hace para callar a una mujer’.
Las movilizaciones contra el racismo desencadenadas en EE UU por la muerte del afroamericano George Floyd a manos de la policía han prendido en Europa y en otros países hasta convertirse en un fenómeno global que suma reivindicaciones locales.
Como publicaron Almudena Barragán y Darinka Rodríguez en este periódico, durante la cuarentena las llamadas por violencia de género aumentaron un 60% y las peticiones de asilo aumentaron un 30%, de acuerdo con la Red Nacional de Refugios.
Se vive dos veces, en realidades paralelas, al estilo Hollywood, con la fórmula de Syd Field: la torpeza como conflicto central y cada tanto un plot twist que nos mantiene pegados a la televisión y a las redes. Desde casa somos espectadores de nuestra propia realidad. La vivimos sin vivirla.
Los millones de mujeres que salieron a las calles el 8-M en América Latina tenían un mensaje claro: no más violencia, derechos humanos universales e igualdad de oportunidades. Las multitudinarias manifestaciones no han tenido solo un carácter conmemorativo o solidario con una causa...
No es solo que en México, hace un mes, el novio de Ingrid Escamilla la haya asesinado de la manera más brutal; es que a los directores de dos medios mexicanos les pareció conveniente publicar las fotos de su cuerpo desollado y descuartizado.
Primero, con relación a la pareja y al interior de los hogares. Ahí, las mujeres tienen un bajo poder de negociación en temas como la asignación del presupuesto o la planificación familiar. Las altas tasas de embarazo adolescente en la región son prueba de la relación desigual en las parejas.
En México hay un elefante inmenso, vestido de morado, al que durante mucho tiempo nadie ha querido mirar. No es ni más ni menos que la mitad de la población, que desde que se empezó a contar las cifras, hace más de tres décadas, alertaba: "Oigan, nos están matando".
Los asesinatos de Ingrid Escamilla y Fátima Aldrighett generaron un debate en el país que batalla con la violencia contra las mujeres. La respuesta del mandatario ha sido muy criticada.
Esta vez no ha sido una reacción de la izquierda contra la ultraderecha. La protesta ha estado por encima de los partidos y las ideologías, para gritar un 'no' del país a todo lo que tenga referencia al nazismo hitleriano de los campos de concentración y del Holocausto.
Diana Lacayo nunca imaginó que una huelga de hambre en una iglesia se convertiría en un estado de sitio de nueve días, con la policía afuera y los servicios de agua y electricidad suspendidos al interior.
Las democracias se están viendo sacudidas por explosiones de indignación bajo la forma de protestas, irrupción del populismo y malestar general. No es que se trate de fenómenos estrictamente nuevos y además forma parte de la naturaleza de la democracia su imprevisibilidad y la legitimidad...
Para Julián LeBarón, quien ya perdió a 10 miembros de su familia a manos del crimen organizado –nueve esta semana y su hermano Benjamín hace una década–, la inseguridad en el país está “tocando fondo”. En entrevista, relata que su comunidad solicitó ayuda antes de la matanza...
“En esta sociedad machista está mal visto que los hombres peguen a las mujeres en público, así que lo usamos a nuestro favor para crear barreras y evitar que la violencia deslegitime nuestras demandas”, cuenta Leya Awadat, estudiante de ingeniería mecánica.
No sabíamos lo que era el toque de queda. Era 1973 y nuestras mentes de tres y cinco años no comprendían el significado de esas tres palabras juntas. Sabíamos, supongo, que no era algo bueno. Sabíamos, supongo, que era una especie de castigo.
¿Qué puede hacer un Gobierno “para el pueblo” cuando lo rebasan las demandas populares? El lunes una veintena de muchachos colapsaron la ciudad de Cuernavaca, en México, porque no recibirán o se retrasarán las becas del programa Jóvenes construyendo el futuro.
Reconozcamos la realidad y hagamos a un lado lo que evite apreciar el problema. La realidad es que las mujeres se enfrentan a situaciones indignantes e intolerables de violencia de todo tipo en nuestra sociedad.
La violencia contra las mujeres alcanza en México cifras tan alarmantes que el Código Penal ha incluido el delito de feminicidio, castigado con penas que oscilan entre los 40 y los 60 años de prisión.
Las mujercitas se salen del guion que tranquiliza a las buenas conciencias. Y eso no gusta. Así no. Entendemos que se movilicen para protestar, hasta las acompañamos en su indignación. Porque sí, está mal que las maten y las violen y las acosen.