TENDENCIAS Y EXPECTATIVAS
Ella predijo el coronavirus, ¿qué ve para el futuro?
Ella y yo estábamos “Zoomeando” (ya podemos usarlo como verbo, ¿cierto?) y sacó un libro de 2017, Warnings: Finding Cassandras to Stop Catastrophes.
Ella y yo estábamos “Zoomeando” (ya podemos usarlo como verbo, ¿cierto?) y sacó un libro de 2017, Warnings: Finding Cassandras to Stop Catastrophes.
Estamos en un momento deflacionario que supera todo lo que la mayoría de las personas ha visto en su vida. La pandemia del coronavirus ha causado una serie de distorsiones alucinantes en todos los mercados financieros del mundo, pero la del lunes 20 de abril ha sido la más extraña hasta el momento.
El hundimiento del precio del barril de petróleo estadounidense por debajo de cero se debe a fenómenos de mercado puntuales, aunque la pandemia de coronavirus y la guerra entre los grandes países productores hacen prever precios bajos por un tiempo.
Cuando los tecnicismos económicos se cuelan en los debates de la calle es que las cosas van mal. Ese es, quizá, el mejor termómetro de las crisis: hace justo una década, en pleno revolcón para la deuda soberana en el sur de Europa, era la prima de riesgo la que se zambullía, ante el asombro...
Para los Gobiernos en América Latina es mucho lo que está en juego y cada medida económica que imponen para contener la crisis por el coronavirus es una apuesta. Los resultados serán rápidos y las implicaciones profundas. Una región dividida en las últimas décadas por izquierdas y derechas.
La OPEP prevé en 2020 un hundimiento "histórico" de la demanda mundial de petróleo debido a la paralización por la pandemia del nuevo coronavirus, que provocará un "'shock' extremo y brutal", de magnitud mundial en el mercado petrolero.
Los pájaros de Alfred Hitchcock no termina con un amanecer esplendoroso, donde el sol alumbra un nuevo día porque toda amenaza ha desaparecido, y los protagonistas, tras el terror del ataque sin sentido de las aves, despiertan a una vida feliz, sin más sobresaltos. Al contrario.
La era del apogeo de la globalización ha llegado a su fin. Un sistema económico basado en la producción a escala mundial y en largas cadenas de abastecimiento se está transformando en otro menos interconectado, y un modo de vida impulsado por la movilidad incesante tiembla y se detiene.
Los malos augurios comienzan a sumar cifras a su causa. La economía mundial enfila el camino de la recesión. La primera gran tormenta desde la fatídica Gran Recesión. La quiebra de Lehman Brothers parece un chiste de mal gusto comparado con el tsunami que se viene encima.
A medida que la pandemia del Covid-19 se extiende por el mundo, los gobiernos han empezado a comprobar la eficacia de diferentes métodos para aplanar la curva de contagios.
A lo largo de una quincena normal esperaríamos que solicitasen prestación por desempleo aproximadamente medio millón de trabajadores estadounidenses. En las últimas dos semanas se han presentado casi 10 millones de solicitudes. Nos enfrentamos a una increíble catástrofe económica.
Los logaritmos de inteligencia artificial del China Health Check permiten rastrear todo tipo de huellas digitales, incluidas las que dejan los pagos con tarjetas de crédito. Compañías como Alibaba han creado aplicaciones como la Alipay Health Code que indican el nivel de riesgo de cada individuo.
Atravesamos una pandemia. El COVID-19 nos amenaza a todos, pero la enfermedad provocada directamente por este microbio no es el único peligro para nuestra salud y nuestro bienestar. Los efectos secundarios del distanciamiento social también pueden tener consecuencias devastadoras.
El orden mundial está trastocado. Por la escala del universo, invisible para el ojo humano, se propaga un virus cuya verdadera magnitud desconocemos. Nadie sabe cuántas personas están enfermas de coronavirus, cuántas morirán aún, cuándo se habrá desarrollado una vacuna, entre otras incertidumbres.
El 2020 no ha hecho más que empezar y ya se antoja como uno de los años más difíciles desde el fin de la Segunda Guerra Mundial. El mundo atraviesa una crisis tan inesperada como disruptiva, con gigantescas consecuencias sociales, económicas y políticas.
En tiempos en los que la información viaja en cuestión de segundos de un extremo a otro del planeta, desde el punto de vista de la ciencia, los muestreos, los análisis y las proyecciones de la pandemia están ocurriendo, por primera vez, en tiempo real.
El colapso de la economía china desde mediados de febrero hasta hoy es el espejo en el que se mira el resto del mundo. En Europa, el brote de coronavirus ya afecta a los datos económicos del primer trimestre, y sus efectos se prolongarán en el segundo.
En diciembre de 2019, mientras las protestas contra una nueva Ley de Ciudadanía que discrimina a los no hindúes corrían como un reguero de pólvora de un extremo a otro de India, tres incidentes revelaron la creciente capacidad de vigilancia electrónica del Estado.
La propagación del coronavirus por Europa y los países desarrollados se ha convertido súbitamente en una amenaza de primer orden para la economía mundial.
La Reserva Federal estadounidense ha oficializado este lunes la grave amenaza que la epidemia del coronavirus supone para la economía estadounidense y para el crecimiento global.