Siguiendo esta lógica, en abril Turquía mandó un avión hospital a Suecia, después de que una joven de origen turco pidiese ayuda en redes sociales pues, aparentemente, un hospital sueco había rechazado tratar a su padre a pesar de haber mostrado síntomas del virus.
Nosotros, el pueblo. ¿Y qué de los derechos individuales? El bien común. Pero no pisotees mis derechos. Formemos una unión más perfecta y promovamos el bien de todos. Eso sí, aseguremos la bendición de la libertad para nosotros y para nuestra posteridad.
La pandemia de la COVID-19 ha causado ya más de 140,000 muertos en el mundo, en momentos en que los países occidentales, con Estados Unidos a la cabeza, manejan la hipótesis de que el virus procede de un laboratorio de China, y no de un mercado local de animales.
El mundo se enfrenta a una brutal recesión a causa del coronavirus, que ya ha empezado a golpear a países como Francia o Alemania, advirtieron este miércoles los expertos, mientras que los gobiernos se preguntan cómo superar el confinamiento, que afecta a medio planeta.
En los días anteriores a la pandemia, muchos pasábamos más tiempo en las oficinas o las calles que en casa. Ahora, confinados, hemos recuperado al vecino, la aldea. Después de la emergencia, ¿seremos capaces de sostener algunos de esos lazos de vecindad solidaria?
Líderes de todo el mundo han aprobado decretos y legislación de emergencia que amplía su autoridad durante la pandemia. ¿Estarán dispuestos a dar marcha atrás al terminar la crisis?
El verbo florido de García Márquez consiguió dar épica y romanticismo al cólera; pero es muy difícil que haya cuentero en toda la región capaz de darle la vuelta a esta epidemia para encontrarle una cara amable.
Hisham el Omeisy se sabe superviviente. Durante los seis meses que padeció confinamiento solitario en una prisión de Saná, este icono de la marchita primavera yemení creyó que jamás volvería a ver a los suyos.
