El desplome de Wall Street, que ya se extiende por cuatro semanas, se profundizaba el miércoles y llevó al índice S&P 500 a detener sus operaciones, mientras los inversores asimilaban el derrumbe de la actividad comercial y del gasto de los consumidores debido a la pandemia de coronavirus.
Los principales indicadores en Wall Street retrocedieron el miércoles más de 5% y el Dow perdió prácticamente todas sus ganancias acumuladas desde que el presidente Donald Trump asumió el cargo en 2017.
Los estragos que la pandemia del coronavirus va a causar en la economía han puesto a los inversores de Wall Street en modo pánico y los títulos de empresas les queman en las manos.
Las acciones globales volvían al rojo el miércoles, mientras los futuros de Wall Street apuntaban a una nueva jornada de pérdidas, ya que el temor a las consecuencias del coronavirus eclipsaba las grandes medidas de apoyo aprobadas por las autoridades en todo el mundo.
La Bolsa de Nueva York ha echado a andar este miércoles con fuertes caídas, cercanas a ese límite en el que se activan las suspensiones automáticas de cotización. Los estragos que la pandemia del coronavirus va a causar en la economía han puesto a los inversores en modo pánico...
Los índices de referencia de la Bolsa de Nueva York cerraron la sesión con importantes subidas, espoleados por los potentes estímulos anunciados por la Casa Blanca y la Reserva Federal con el fin de contener la hemorragia económica que supone la pandamia del coronavirus.
El mensaje del presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, al anunciar un aluvión de políticas monetarias y medidas de liquidez fue claro: el banco central de Estados Unidos usará todas las herramientas a su disposición para mantener el crédito fluyendo en el sistema financiero.
Las bolsas europeas y asiáticas se desplomaron este lunes, al igual que lo hacía Wall Street, y el barril de petróleo Brent alcanzaba su nivel más bajo desde 2016, en un contexto de pánico por el coronavirus a pesar del esfuerzo de los bancos centrales.
Las acciones estadounidenses sufrieron su mayor caída diaria desde el lunes negro de 1987, porque la sorpresiva baja de las tasas de interés de la Reserva Federal a casi cero provocó ansiedad y miedo a una posible recesión profunda por la pandemia de coronavirus.
Las bolsas mundiales y los precios del crudo seguían hundiéndose el lunes, porque la segunda baja de emergencia de las tasas de interés en Estados Unidos en dos semanas -dejándolas en la práctic en cero- y las medidas de apoyo económico en todo el mundo no lograban frenar el temor al coronavirus.
Los bancos centrales han vuelto a quedarse cortos y los mercados siguen instalados en una espiral de pánico y caos. Como en los años negros de una década atrás, en plena Gran Recesión, la plana mayor de los institutos emisores a escala mundial movió ficha el domingo por la noche para tratar...
En otro día de nerviosismo en el mercado financiero, la Bolsa de São Paulo, Brasil, marcó el pulso de lo que puede ser otro lunes negro para la región latinoamericana: el Bovespa arrancó con una dura caída y suspendió las operaciones.
La propagación de la epidemia obliga a Italia a confinar a su población. Los precios del petróleo sufren su peor caída desde la primera guerra del Golfo. Ante este panorama, los inversores venden masivamente sus acciones y se abalanzan sobre los bonos alemanes y estadounidenses.
Wall Street se disparó el viernes luego de una semana turbulenta para las bolsas mundiales, signada por una hecatombe histórica el jueves ante el avance del coronavirus.
Wall Street ha recuperado este viernes parte de las pérdidas de los últimos días, en la sesión final de una semana de turbulencias brutales. El Dow Jones ha cerrado con una subida del 9,4%.1.980 puntos por encima de su valor en la jornada negra del jueves.
Wall Street subió con fuerza en los últimos momentos de la sesión del viernes después de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, declaró emergencia nacional para combatir el coronavirus, aunque los principales índices cerraron la semana con grandes pérdidas.
Hace tres semanas era una mera gripe, hace dos, el cisne negro de 2020, y ahora es un terremoto económico global de una magnitud impredecible. La Bolsa española sufre el coronavirus desde finales de febrero y cada capítulo de la lúgubre serie supera, por lo negativo, al anterior.
Wall Street se derrumbó el jueves y puso fin al ciclo alcista más largo de la historia de Estados Unidos, porque la restricción de los viajes para enfrentar el brote de coronavirus asustó a los inversores y sacudió a los mercados mundiales.
La creciente crisis del coronavirus provocó el jueves una nueva caída alarmante en Wall Street y una suspensión temporal automática breve en las operaciones matutinas por segunda vez esta semana.
La Reserva Federal (Fed) ha anunciado este jueves que inyectará al menos 1,5 billones de dólares al mercado de préstamos a corto plazo para garantizar la liquidez y detener la sangría de Wall Street, que se había visto obligada a suspender -por segunda vez en una semana- su cotización.
