Las tropas sirias iniciaron el viernes una ofensiva terrestre con apoyo aéreo en zonas bajo control de los rebeldes en las afueras de la capital Damasco, después que una tregua de 10 días fracasara por desacuerdos sobre la evacuación de combatientes de la oposición.
Los medios de comunicación oficiales informaron durante la jornada de ayer de retrasos en el proceso de evacuación y de que varios autobuses que habían entrado en Duma para sacar a civiles y combatientes se habían tenido que retirar por disputas internas dentro del Ejército del Islam.
"Se envió un mensaje claro a los grupos del Ejército Libre Sirio (FSA, por sus siglas en inglés) de la zona: o la reconciliación y el desarme -entregando armas al gobierno sirio según la descripción de los rusos- o abandonar el este de Qalamun" dijo Saif en distintos comentarios a la televisión.
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos confirmó la salida de 21 autobuses con unas 1.150 personas a bordo, entre combatientes y civiles, de Duma para dirigirse a las poblaciones de Yarablus y Al Bab, ambas en la provincia de Alepo y bajo el control de grupos rebeldes aliados de Turquía.
Esa ciudad, la mayor de la región, está en manos de la facción islamista el Ejército del Islam, que el domingo alcanzó un acuerdo con Rusia, aliada del Gobierno de Damasco, para sacar a sus combatientes y los civiles que lo desearan de la zona.
La televisión oficial siria señaló que al menos doce autobuses con 629 miembros del Ejército del Islam y sus familiares han salido hasta el momento de Duma por el corredor del campo de refugiados palestinos de Al Wafidín, que conecta esta urbe con las partes en poder de las autoridades sirias.
Los soldados que vigilaban Maiduguri, la capital del estado, también abatieron a tiros a seis insurgentes del Boko Haram y siete atacantes con chalecos explosivos, dijo Onyema Nwachukwu, vocero del ejército. Al menos 83 personas resultaron lesionadas y recibieron atención médica, agregó.
Asediados por el Ejército sirio respaldado por Rusia, los rebeldes en otras partes de Guta oriental están saliendo en caravanas hacia áreas controladas por los insurgentes en el noroeste del país en virtud de acuerdos de retirada que están restaurando el control del presidente Bashar al-Assad.
Los rebeldes han estado dejando gradualmente Guta desde el jueves tras el acuerdo de un corredor seguro para ellos y sus familias hacia Idlib, en el noroeste de Siria, después de que fueron derrotados en una feroz ofensiva por parte del Ejército sirio respaldado por los rusos.
El director de la Dirección General de Antigüedades y Museos de Siria, Mahmud Hamud, explicó en un comunicado que el bombardeo turco destruyó varios monumentos de Barad, como el sepulcro de san Marón y la iglesia de Julianus, una de las más antiguas del mundo, construida hacia el siglo IV d.C.
Al menos 20 personas, entre ellas 16 niños, murieron el miércoles como consecuencia de un ataque aéreo en la aldea de Kafr Batikh en la provincia siria de Idlib, controlada por rebeldes, dijeron trabajadores de los servicios de rescate.
Anteriormente, el Observatorio había revelado que los también llamados Libres de Sham y las autoridades habían alcanzado un pacto para un alto el fuego y la evacuación de los combatientes de ese grupo islamista y los civiles que lo desearan hacia partes del norte de Siria bajo control rebelde.
Los yihadistas lanzaron un ataque contra Al Qadam el pasado 13 de marzo, un día antes de que se produjera la evacuación de esa área de los combatientes de la facción Soldados del Levante que controlaba el barrio, tras un acuerdo con las autoridades.
Actualmente, el ejército sirio, con el apoyo de Rusia, desarrolla una ofensiva en Guta Oriental, donde han muerto 1.499 muertos, entre ellos 308 menores y 188 mujeres, desde el pasado 18 de febrero, de acuerdo con el recuento del Observatorio Sirio de Derechos Humanos.
Guta Oriental es objetivo de una ofensiva terrestre de las tropas gubernamentales sirias y sus aliados desde el 25 de febrero, que fue precedida una semana antes de una intensificación de los bombardeos de la aviación siria y de la rusa, y de los disparos de la artillería gubernamental.
Yafar, responsable de Relaciones Exteriores de la administración autónoma kurdosiria de Afrín, huyó "con lo puesto" junto a su familia y optó por dirigirse a una zona montañosa del enclave, que prefirió no nombrar por seguridad y que sigue en poder de las YPG.
"En respuesta a los artefactos explosivos que fueron colocados cerca de la valla de seguridad, aviones de la Fuerza Aérea Israelí atacaron un blanco militar perteneciente a la organización terrorista Hamás en el centro de la Franja de Gaza", señaló un comunicado militar.
Unas 35,000 personas han huido en las últimas 48 horas del enclave kurdosirio de Afrín, objetivo de una ofensiva de Turquía, en dirección a zonas bajo el control de las fuerzas gubernamentales sirias, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.
Las fuerzas gubernamentales, con el apoyo de Rusia, desarrollan desde el pasado 25 de febrero una incursión terrestre en Guta Oriental, que fue precedida la semana antes de una intensificación de los bombardeos y los disparos de artillería.
Esa clase de bomba, que pesa alrededor de 500 kilos y tiene un alcance de entre 20 y 30 metros, contiene entre 50 y 110 proyectiles, con termita en su interior, según el Observatorio, que recordó que Rusia ha empleado municiones de racimo en sus bombardeos de las últimas semanas.
