CABALÍSTICO
Astillas y espinas
Entre esos consuelos, los que más nos curan vienen desde el Amor de Dios Padre, y desde tantas personas buenas que ayudan y acompañan a los otros en esa peregrinación de cada día con la que avanzamos, poco a poco, hacia el cielo en el que ya no habrá astillas ni espinas que nos dañen.