Reportajes
Vivir con un trabajador esencial es una danza diaria
La danza diaria comienza cuando llega a la puerta. Me encuentro con él, abro la puerta y rápidamente doy unos pasos hacia atrás. Todavía no quiero acercarme demasiado. Se quita los zapatos sin tocarlos y los deja en un tapete afuera.