MENSAJERÍA
¿El mensajero?: somos nosotros
El terror en el Sanedrín aumentaba… pero Jesús continuó hablando. Sí, están perdonados, porque Yo dí mi vida por todos, vosotros incluidos. Salgan también a las calles tras de mí y digan a todos aquellos a quienes embaucaron contra mí para que Poncio Pilatos me crucificara, que escuchen mi Palabra.