Reportajes
Cinco cosas que todavía se ignoran sobre el coronavirus
Vigilado e investigado por científicos de todo el mundo, el nuevo coronavirus sigue planteando muchas incógnitas tres meses después de su aparición en China.
Vigilado e investigado por científicos de todo el mundo, el nuevo coronavirus sigue planteando muchas incógnitas tres meses después de su aparición en China.
El nuevo coronavirus ha hecho que muchas personas estén estresadas por la ropa y la limpieza, sobre todo las que viven en las ciudades. Ahora que se les ha recomendado a millones de estadounidenses que se queden en su casa lo más posible para ayudar a contener la propagación del nuevo coronavirus.
“Las intervenciones no farmacológicas pueden tener réditos económicos, más allá de la reducción en la mortalidad”, concluyen los tres investigadores en el estudio, publicado el jueves pasado y del que primero se ha hecho eco Bloomberg.
Semanas después de convertirse en uno de los primeros neoyorquinos en dar positivo por la enfermedad, este sobreviviente dice que su pesadilla “aún no ha terminado”.
Muchos trabajadores en la región no tienen contratos ni prestaciones y viven al día. Esta fuerza laboral de millones es particularmente vulnerable a los impactos del coronavirus.
No eran ni siquiera las 9 de la mañana cuando el cubrebocas N95 de Sylvie de Souza, que debía cubrir su rostro herméticamente, ya estaba desacomodado. Mientras caía la lluvia helada el lunes, usando zuecos de goma, la doctora iba y venía del departamento de emergencias que preside en el Centro...
Desde el escenario de una superiglesia evangélica, el líder del coro inició una sesión vespertina de oración y sermones: “¡Celebremos al Señor! ¿Sienten la alegría esta noche?”. “¡Sí!”, respondieron gritando los cientos de personas reunidas en la Iglesia Cristiana de la Puerta Abierta.
El planeta, para un extraterrestre que aterrizase estos días, ofrecería una imagen extraña, entre apacible e inquietante. Más de un tercio de la humanidad está en casa, privada de la libertad de moverse, tan esencial y que todos damos por hecha. Las calles, vacías, como las carreteras sin coches.
Recolectan tela, la cortan y la cosen. Reutilizan cortinas, vestidos, alambres de sostenes, cortinas de baño y hasta filtros para café. Generan cadenas de suministro, organizan a las trabajadoras y administran redes de distribución.
Durante unas horas pudieron dejar el encierro domiciliario y salir a pasear por los parques, a caminar por una ciudad fantasma que ha estado –y sigue– cerrada al resto del país debido a la pandemia de coronavirus.
Los brotes de gripe aviar y otras nuevas enfermedades están sorprendiendo a la opinión pública, desbaratando la globalización, provocando enormes pérdidas económicas y poniendo en peligro las empresas y las relaciones diplomáticas.
En los encierros impuestos por el coronavirus hemos aprendido que el mundo no tiene volumen: confinados, solo sabemos lo que nos dicen otros. Pero también hemos entendido que dependemos de los demás, que el destino no es individual sino común.
La vida empezaba a volver a la normalidad el miércoles tras dos meses de cuarentena en Hubei, el epicentro de la pandemia de coronavirus en China, luego de que se levantaran los controles de tráfico, se reactivaran las obras de construcción y las personas volvieran a tomar buses y trenes .
Calles vaciás, algunas banderas que cuelgan de las ventanas y un alcalde que trata de consolar a sus conciudadanos: esto es Vertova, un poblado donde en pocas semanas murió el 1% de su población debido a la pandemia de coronavirus.
La escasez de pruebas en Estados Unidos ha dejado sin respuesta a personas que presentan síntomas y a trabajadores de la salud. En cambio, cada vez más celebridades se hacen la prueba.
Hay quienes los culpan por el coronavirus y el presidente Trump lo llama “virus chino”; muchos estadounidenses de origen asiático dicen que están aterrorizados por lo que les podría pasar.
Con sus seis hijos hambrientos en el coche, Summer Mossbarger era una de las primeras en la fila de autos para recibir su almuerzo. Pero no estaba en un restaurante de comida rápida, sino afuera de la escuela primaria Alton.
La llegada de la pandemia del coronavirus enfrenta a América Latina a sus peores fantasmas. El impacto aún es relativo, en comparación con Europa o Asia, pero la secuencia es tan similar y el anuncio de la llegada del asteroide tan estruendoso, que casi todos los Gobiernos ya se han puesto...
Mientras las infecciones por el coronavirus en Italia rebasaban los 400 casos y las muertes llegaban a las decenas, el líder del gobernante Partido Demócrata publicó una fotografía en la que brindaba por “un aperitivo en Milán”, e invitaba a la gente a “no cambiar nuestros hábitos”.
Jóvenes alemanes celebraban “fiestas de corona” en las que tosían hacia los demás. Un español le puso correa a una cabra para dar un paseo y eludir las órdenes de cuarentena. De Francia a Florida, pasando por Australia, deportistas aficionados, estudiantes y otras personas abarrotaron las playas.