MUY OPORTUNO
Paz, coherencia y justicia
Paz, se escucha mucho esta palabra, es pronunciada desde las iglesias, lo pronuncian los políticos y la gente del campo, pero la pregunta es: ¿Entendemos lo que es la paz?
Paz, se escucha mucho esta palabra, es pronunciada desde las iglesias, lo pronuncian los políticos y la gente del campo, pero la pregunta es: ¿Entendemos lo que es la paz?
San Pedro Damián fue un hombre austero y rígido que Dios envió a la Iglesia Católica en un tiempo en el que la relajación de costumbres era muy grande y se necesitaban predicadores que tuvieran el valor de corregir los vicios con sus palabras y con sus buenos ejemplos. Nació en el año 1007.
En aquel tiempo, Jesús llamando a la gente a la vez que a sus discípulos, les dijo: «Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame. Porque quien quiera salvar su vida, la perderá; pero quien pierda su vida por mí y por el Evangelio, la salvará».
Tus tres preguntas están todas relacionadas con el conocimiento del futuro. Dijiste a tu amiga que la Biblia decía que el futuro sólo lo conoce Dios. Creo que esa frase requiere cierta clarificación. Lo malo de los que leen la mano no es que conozcan o que pretendan conocer el futuro.
¡Qué difícil es dialogar cuando se tienen posturas irreductibles! Todos los argumentos son nada frente a la obstinación y ceguera. Jesús discute con los fariseos porque le dan un sentido errado a lo anunciado en la escritura.
Sus desdichas aparecieron desde el primer instante en el que hicieron partícipes a otros de la celeste visión. Fueron objeto de malas interpretaciones y calumnias, perseguidos y encarcelados. Pero todo lo soportaron con paciencia y humildad dando pruebas de heroica fortaleza, pese a su corta edad.
Por el camino Jesús hizo esta pregunta a sus discípulos: «¿Quién dicen los hombres que soy yo?». Ellos le dijeron: «Unos, que Juan el Bautista; otros, que Elías; otros, que uno de los profetas». Y Él les preguntaba: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?». Pedro le contesta: «Tú eres el Cristo».
El conflicto de la ciencia no es con la fe, sino con las interpretaciones filosóficas de la fe. La ciencia y la fe no están en contradicción. Afirmar que son enemigas una de la otra es una de las grandes distorsiones culturales de los tiempos modernos.
Posiblemente no contaban con esto algunos de los menos informados partidarios de acabar con todas las culturas nacionales y de dejar en cada país apenas un folclórico reducto para el turismo.
San Mansueto estaba tan convencido de que estando de parte de Jesús se estaba de parte del hombre que luchó valientemente contra el monotelismo en todas sus actividades, sea como obispo, como organizador o escritor. Luchó firmemente contra la herejía de los monotelitas.
Imaginaos esto como un ejemplo paradigmático: Una joven está caminando sola por un camino desierto y es apresada violentamente por un grupo de borrachos que la violan y matan, y abandonan su cuerpo en la cuneta.
Desde que cayó el Muro no había vuelto a Berlín. Me encuentro una ciudad casi desconocida. Aquel Muro, símbolo de una escisión en dos de la humanidad, ha quedado reducido a una cicatriz en forma de reguero de adoquines que atraviesa la ciudad recordando aquel trazado infame.
Nació en Bienno, Val Camónica, Brescia, Italia, el 18 de enero de 1847. Era la quinta de diez hermanos. La divina Providencia fue marcando los pasos de esta fundadora que quiso cumplir la voluntad de Dios ante todo. Seguramente los cimientos de su fe, fraguados dentro de su ejemplar familia.
Cuando quiso comenzar a trabajar con una de ellas, ésta comenzó a quejarse, a maldecir, a rechazar el cincel del artista por todos los medios. El artista, apesadumbrado, dejó esa piedra en un rincón de su taller.
Un gobernante necesita recordar que el poder está orientado al bien común, no al servicio de las propias preferencias ideológicas en contra del legítimo pluralismo.
Hubo siete hombres, muy respetables y honorables, a los que nuestra Señora unió, a manera de siete estrellas, para iniciar la Orden suya y de sus siervos. Los 7 nacieron en Florencia; primero llevaron una vida eremítica en el monte Senario, dedicados en especial a la veneración de la Virgen María.
En aquel tiempo, salieron los fariseos y comenzaron a discutir con Jesús, pidiéndole una señal del cielo, con el fin de ponerle a prueba. Dando un profundo gemido desde lo íntimo de su ser, dice: «¿Por qué esta generación pide una señal? Yo os aseguro: no se dará a esta generación ninguna señal».
Juliana es hija de una conocida familia ilustre pero con un padre pagano metido en el ejercicio del Derecho - que cuando llega el momento llega a convertirse en perseguidor de los cristianos y una madre agnóstica. Su entorno familiar no era nada favorable para la vivencia cristiana.
«Habéis oído que se dijo: 'No cometerás adulterio'. Pues yo os digo: Todo el que mira a una mujer deseándola, ya cometió adulterio con ella en su corazón. Si, pues, tu ojo derecho te es ocasión de pecado, sácatelo y arrójalo de ti; más te conviene que se pierda uno de tus miembros».
La fuente de su vida interior era la unión con Dios en la oración, a la que se entregaba constantemente. Llegó a habituarse de tal modo a referirlo todo a Dios, que el respeto humano y los motivos mundanos no existían para él. Este extraordinario despego del mundo fue su característica principal.