Reportajes
Sabemos cómo detener los incendios
La Coordinación de las Organizaciones Indígenas de la Amazonia Brasileña fue uno de los primeros grupos en enviar delegados indígenas de Brasil a las conversaciones de la ONU sobre el clima.
La Coordinación de las Organizaciones Indígenas de la Amazonia Brasileña fue uno de los primeros grupos en enviar delegados indígenas de Brasil a las conversaciones de la ONU sobre el clima.
La escena en Norrsken House de Estocolmo, un espacio de cotrabajo irradiaba una normalidad extrema: los hípsteres con suéteres de cuello de tortuga socializaban en una esquina destinada a tomar café. Otros charlaban a su antojo, en ocasiones bastante cerca unos de otros, en confortables salas...
Una silla desocupada, una guitarra en silencio, una foto. Estos objetos cotidianos hablan de la vida y del vacío que dejaron aquellos que partieron por la pandemia de covid-19, que ha dejado casi un millón de muertos en el mundo.
Millones de personas trabajan en condiciones arduas en la industria del aceite de palma en Asia, muchas de ellas víctimas de abusos y explotación, incluso trabajo infantil, esclavitud y posiblemente violaciones sexuales, halló una investigación de The Associated Press.
Tras meses de confinamiento, se consiguió ganar la primera batalla. A finales de junio la prevalencia del virus era muy baja, los contagios habían descendido hasta menos de cien diarios (según las discutibles cifras oficiales) y el número de muertes se contaba con los dedos de las manos.
El 31 de diciembre de 2019, mientras media humanidad se preparaba para celebrar el cambio de año y dar la bienvenida bailando al prometedor 2020, el médico británico Jeremy Farrar publicó un mensaje a contracorriente en su cuenta de Twitter.
A medida que Rappi ha ido creciendo en América Latina, en particular en su país de origen, Colombia, también lo ha hecho un mercado en la sombra para los perfiles de los trabajadores de la empresa de distribución de reparto universal.
La fila para entrar al supermercado estatal, que puede significar una espera de ocho o diez horas, era corta, de solo dos horas de duración. Y, mejor aún, el guía, Rainer Companioni Sánchez, consiguió pasta de dientes —un hallazgo raro— y gastó tres dólares en carne enlatada.
Desinfectan áreas críticas, recogen material infeccioso, lavan miles de sábanas y batas. Los trabajadores de la limpieza se juegan la vida en los hospitales mexicanos destinados a la pandemia, sin importarles que su esfuerzo suela pasar desapercibido.
Mientras el mundo espera la llegada de una vacuna segura y eficaz contra el coronavirus, un equipo de investigadores ha presentado una nueva teoría provocadora: que las mascarillas podrían ayudar a inmunizar, de manera burda o rústica, a algunas personas contra el virus.
La enfermera venezolana Flor Pérez trabaja en un agotador turno de noche en un hospital infantil público donde el coronavirus es un riesgo constante y, a cambio, gana un salario mensual que apenas permite comprar alimentos para un día.
El muñeco de la niña, 30 pesos. Jota Jota, el cachorro de pilas que levanta las patas, no menos de 60 pesos. “No sé si ladra, pero hace ruiditos”, dice Diana Lemus a los interesados, protegida por una careta. “¡Métale la mano, patrón!”, anima Omar Navarro.
En la sala de su casa de madera, Joselyn García le habla a su madre, la saluda por las mañanas y le cuenta cómo le va vendiendo ropa por internet. Le platica como si pudiera oírla, como si estuviera ahí; pero no, el coronavirus se la llevó.
Argentina, Bolivia, Colombia, Ecuador o Perú entraron en cuarentena casi a la vez. Enseguida México con su “Jornada de Sana Distancia”, que duró más de dos meses. Incluso Brasil, con un Gobierno central reticente, terminaría estableciendo restricciones regionalizadas por decisión de cada Estado.
Las nuevas cifras sugieren que el número real de muertes por el brote es casi 5 veces mayor que la cifra oficial, lo que indica que Bolivia ha sufrido una de las peores epidemias del mundo. El extraordinario aumento de la mortalidad, ajustado en función de su población, es el doble que el de EU.
En sus barrios marginales, con saneamientos precarios y donde la población vive amontonada, se propagaron en paralelo el virus y la desesperación por la falta de dinero a causa de la brutal reducción de la actividad económica por las medidas ante la pandemia.
Desde la rígida vigilancia policial hasta edificios abandonados convertidos en refugios para las personas sin hogar, Khan está usando su amplia base de seguidores online y premios internacionales para arrojar luz sobre las divisiones espaciales y raciales a lo largo del país.
En un barrio pobre en una ladera de Lima, Perú, la jornada escolar de Delia Huamani no comienza con el bullicio de los compañeros de clase, sino con el destello de un televisor. Como las instalaciones de las escuelas están cerradas indefinidamente, ella recibe sus lecciones en casa...
Al principio de la pandemia, el doctor Anthony Fauci, el principal experto en enfermedades infecciosas de Estados Unidos, dijo algo que recibió mucha atención: los apretones de mano debían convertirse en una práctica del pasado. En aquel momento sonó exagerado.
Enojados pobladores de los Andes y la Amazonía en Perú atacaron o invadieron en la última semana a tres empresas del sector minero y petrolero, dos de las cuales frenaron sus operaciones tras enfrentamientos que dejaron muertos y heridos.