INTERNACIONAL - Seguridad y Justicia
Infierno en Mariúpol, ciudad estratégica sitiada por rusos
Las ventanas se estremecieron y los pasillos se llenaron de gente que no tenía adónde ir. Anastasia Erashova lloraba y temblaba mientras sostenía un niño dormido en sus brazos. Un bombardeo había matado a su otro hijo y al hijo de su hermano, y ella tenía sangre seca en su cabeza.