La fragilidad del movimiento de Andrés Manuel López Obrador quedó en evidencia este domingo con los resultados de la consulta popular. Con la participación estimada de alrededor de 7 millones de votantes, la primera consulta popular en la historia de México mostró que cuando el presidente...
Incluso analizada con alguna buena fe (y hay que reconocer que mucha gente en este país todavía se la tiene al Gobierno), la consulta popular que se realizará el próximo 1 de agosto a escala federal resulta un ejercicio más bien inexplicable.
La revocación de mandato es uno de los mecanismos tradicionales de democracia semidirecta. Ahí donde se han constituido los representantes populares mediante el voto libre, secreto y directo, la ciudadanía tiene la posibilidad de valorar los desempeños antes de la culminación del periodo.
He pasado dos décadas tratando de comprender la economía del narcotráfico en México. Durante ese tiempo, a menudo he escuchado una frase murmurada por mafiosos y periodistas especializados en delincuencia: “¿Quién necesita a los ángeles, cuando tienes a Dios?”.
En materia de golpes mediáticos el presidente mexicano es un imán irresistible, sea para citar incorrectamente a Mario Puzo y su novela El Padrino, como para anunciar una reforma al sistema de pensiones que cambiará la calidad de la vejez de millones de personas.
López Obrador nos pide que nos olvidemos de lo material y nos concentremos en lo espiritual. Por favor. Él no fue elegido pastor, sino Presidente de la República, y su obligación es mejorar el bienestar material y dar seguridad personal y patrimonial a la ciudadanía.
Aunque todavía no se ha juramentado, López Obrador (AMLO) ya ha demostrado que no le gustan algunas reglas del juego, que el sistema que le permitió llegar a la presidencia no es suficientemente bueno. En el transcurso de estos meses, ha comenzado a asomarse lo que podría ser un nuevo Estado
