MISCELÁNEA HUMANA
Cómo hacer las cosas cuando no quieres hacer nada
En abril me sentía bien. Había descubierto que la piscina pública tenía un sistema de reserva de carril y nadaba varias veces a la semana. Me moría de ganas de escribir nuevas historias cuando mis hijos volvieran a la escuela. Con las vacunas en camino, incluso hice planes de viaje.