El gobierno del presidente Joe Biden facilitará el arribo a Estados Unidos de ucranianos que huyen de la guerra, mientras al mismo tiempo trata de cerrar una ruta informal a través de México que ha emergido en las últimas semanas.
A la cifra histórica de más de 133,000 migrantes procedentes de 35 países en tránsito por Panamá tras cruzar la jungla del Darién, se han sumado en el primer trimestre de este 2022 otros 13.425, más del doble de los 5.622 del mismo período de 2021, según datos oficiales panameños.
La veintena de países de América reunidos en Panamá acordaron la creación de una mesa de trabajo para atender los crecientes flujos irregulares a nivel continental, con prioridad en asuntos como la estabilización de las comunidades receptoras de migrantes y atención de las causas de la migración.
En lo que va del año más de 13,000 migrantes, entre ellos más de 4,000 venezolanos y el resto procedentes de Haití, Cuba y países más lejanos de África y Asia, realizaron ese cruce selvático en su tránsito hacia Norteamérica, según las autoridades panameñas.
Después de pasar semanas sin electricidad ni agua en el sótano de la casa de su familia en Ucrania, Viktoriya Savyichkina se atrevió a escapar de la ciudad sitiada de Mariúpol con sus hijas de 9 y 14 años.
Casi ocho semanas después de que las tropas rusas invadieran Ucrania, más de 5 millones de personas han huido del país, informó el miércoles la agencia de refugiados de la ONU.
La Cancillería cubana indicó en su cuenta de Twitter que la reunión se realizará en Washington el jueves y que estará encabezada por el viceministro Carlos Fernández de Cossio, en momentos en que se registra un incremento dramático de los arribos de cubanos a la frontera sur de esa nación.
Funcionarios de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) dijeron a Efe en la inauguración del puerto de Otay Mesa que la ampliación fue necesaria porque en las instalaciones inspeccionan de 3,800 a 4,200 camiones de carga diariamente entre semana.
Según la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de los Estados Unidos en los últimos seis meses se detuvo a 79,800 cubanos en la frontera terrestre, un poco más del doble de todo el año fiscal --de octubre a septiembre-- 2021 y cinco veces más que el 2020.
Cada vez que suena la sirena de un ataque aéreo, ella, su esposo y su hija Solomiya, de 13 años, van con su bagaje a un refugio improvisado en el pasillo. Ha pegado cinta engomada en sus ventanas porque vio hacerlo a gente que huyó del este de Ucrania. “Tal vez saben algo”, dice.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, llega el martes a Panamá para reunirse con representantes de 20 naciones latinoamericanas y abordar el creciente desafío de la migración irregular en el continente y el apoyo a los países que acogen a migrantes y refugiados.
El número de migrantes que intentaron entrar en la Unión Europea sin autorización en los primeros tres meses del año creció a su cifra más alta desde 2016, incluso sin contar los refugiados llegados de Ucrania, según dijo el martes la agencia europea de fronteras y guardacostas.
Más de la mitad de los 221.303 detenidos fueron enviados rápidamente de regreso, ya fuera a México o a sus países de origen, según los datos presentados ante una corte federal en Texas como parte de la impugnación del estado a las políticas migratorias del gobierno de Biden.
La decisión del gobernador Greg Abbott de imponer inspecciones adicionales a los camiones que entran a Texas desde México fue su medida más reciente de una incursión sin precedentes en la seguridad fronteriza, que durante mucho tiempo ha sido competencia del gobierno federal.
Por tercera vez en lo que va de año, un grupo de unos 800 migrantes —la mayoría venezolanos, pero también cubanos y centroamericanos— salió el sábado caminando de la ciudad de Tapachula, con dirección a Estados Unidos aunque su marcha quedó prácticamente desactivada a los pocos kilómetros.
Debido al servicio militar obligatorio, Ucrania no permite que la mayoría de los hombres de entre 18 y 60 años abandonen el país. Así que las más de dos millones de personas que han cruzado la frontera para escapar de la invasión rusa son mujeres, niños y algunos ancianos.
Por tercera vez en lo que va de año, un grupo de unos 800 migrantes —la mayoría venezolanos, pero también cubanos y centroamericanos— salió el sábado caminando de la ciudad de Tapachula, en el sur de México, con dirección a Estados Unidos.
La caminata salió del parque Bicentenario de Tapachula, en la frontera del estado mexicano de Chiapas con Guatemala, con mantas con leyendas como "Viacrucis migrante 2022" y "Cristo migrante", además de niños, mujeres y familias que llevaban consigo pequeñas cruces de madera.
Diversas ONG como Casa o Carecen explicaron en una rueda de prensa el jueves que los migrantes que habían llegado hasta entonces pasaron muy pocas horas en Washington, dado que se coordinaron con familiares y conocidos para desplazarse a otras regiones del país, principalmente Florida y Nueva York.
El comisionado del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos, Chris Magnus, dijo el jueves que Abbott estaba trasladando migrantes sin la “coordinación adecuada” con el gobierno federal. El primer autobús llegó el miércoles y Abbott asegura que hay más en camino.
