MENSAJERÍA
Cuando en tu corazón hay un tesoro
Esa tarde, la mamá puso en la mesa los pastelitos y el vaso de leche, al oír el bullicio de los niños, miró por la ventana. Como era de esperar, venían riendo y divirtiéndose en grande. Chad siempre venía último, pero en esta ocasión caminaba algo más deprisa que de costumbre.