Mensajería

Somos arquitectos de nuestras vidas

2022-08-19

Somos arquitectos de nuestras vidas. Y si la vida no ha sido muy favorable hasta ahora, el futuro...

Por: Adriana L. Franco Sampayo 

Muchas veces hemos sentido que los problemas nos agobian, sentimos que no hay solución posible, nos llenamos de coraje, frustración y enojo; nos preguntamos ¿por qué sucede? Quizá culpamos a los demás, y la verdad pocas veces nos detenemos a reflexionar sobre lo que hacemos, lo que decimos o cómo actuamos.

Es increíble la cantidad de soluciones, o alternativas que tenemos para poder sobreponernos a los sentimientos negativos que a veces invaden nuestros pensamientos. Sin duda, hay experiencias dolorosas, momentos complicados o historias incomprendidas…Mirando detenidamente en retrospectiva, encontraremos muchos rostros, palabras en sintonía, miradas, abrazos que acompañaron, amor recibido de tantas personas significativas. Y lo que eres, es gracias no solo a las experiencias difíciles sino aquellas que han dejado huellas en ti; aquellas que muchas veces sin ni siquiera pronunciar palabras desprendieron los sentimientos más profundos de amor y agradecimiento.

Somos arquitectos de nuestras vidas. Y si la vida no ha sido muy favorable hasta ahora, el futuro puede cambiar y depende especialmente de nosotros. A partir de hoy, nuestra vida puede tomar dos rumbos: el éxito o el fracaso. La felicidad o la infelicidad. Es nuestra decisión qué camino tomar. Tienes las mismas posibilidades para cualquiera de los dos. La forma de tomar el sendero del triunfo es ¡dejar de culpar a los demás! Asumir nuestra propia responsabilidad y mirar hacia una actitud positiva y constructiva. Tenemos derecho a equivocarnos, no pasa nada. Solo que somos duros con nosotros mismos, nos atemoriza el volver a intentarlo porque sentimos que nuestras alas son demasiado débiles, pero cuando se tiene fe, el viento sopla a nuestro favor.

Elimina los “si no fuera por”, “fuera por mis padres, yo habría hecho”, “si no fuera por este gobierno, yo estaría”, “si hubiera tenido dinero”, “si me consideraran en la oficina”, etc. Nada soluciona culpar a los demás. Si las cosas sucedieron es en gran parte de nuestra responsabilidad. Asumirlo es de valientes.

¡Vuela! Cierra los ojos y déjate llevar, escucha la voz del interior. No importa cuántas veces caigamos, lo importante es que nunca dejemos de intentar y tener la suficiente confianza en nosotros mismos. Atraviesa cada obstáculo por más duro que sea. Tenemos el control en nuestras manos.

Yo soy el camino, la verdad y la vida. Jn 4,16
 



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