Internacional - Política

Perú estalla en protestas por la ira ante crisis política

2022-12-13

El lunes, calificó a Boluarte, su ex vicepresidenta, de "usurpadora" en una carta...

Por Marco Aquino y Adam Jourdan

LIMA, 13 dic (Reuters) - Perú, que ha pasado de una crisis política a otra, estalló en protestas, con al menos siete muertos en la última semana y humo de incendios y gases lacrimógenos en las calles de ciudades, donde una salida parece muy lejana.

La chispa de los disturbios actuales fue la destitución y detención del líder izquierdista Pedro Castillo, que intento disolver ilegalmente el Congreso. Después de un enfrentamiento que duró meses, los parlamentarios le impugnaron tres veces hasta que finalmente lograron que dejara el poder.

Perú ha sido una de las estrellas económicas de América Latina en el siglo XXI, con un fuerte crecimiento que ha sacado a millones de personas de la pobreza.

Sin embargo, la agitación política amenaza cada vez más con hacer descarrilar su estabilidad económica: las agencias advierten de rebajas de calificación y los bloqueos afectan a las principales minas del segundo productor mundial de cobre. Pero es la agitación política lo que amenaza cada vez más con hacer descarrilar las certezas económicas.

Para los que observan de cerca, no debería ser una sorpresa. Los votantes están hartos de las constantes luchas políticas internas, que han visto seis presidentes en los últimos cinco años y siete intentos de destitución.

El fuertemente fragmentado Congreso unicameral es odiado, con un índice de aprobación de sólo el 11%, según la encuestadora Datum. El porcentaje es inferior al de Castillo, que, a pesar de una serie de acusaciones de corrupción, era del 24% justo antes de su destitución.

"El pueblo peruano está agotado de todas las maquinaciones políticas, la delincuencia, la incertidumbre y el estancamiento del crecimiento", sostuvo Eric Farnsworth, vicepresidente del Consejo de las Américas y de la Americas Society.

Farnsworth dijo que la promesa de Boluarte de celebrar elecciones anticipadas en abril de 2024 podría ayudar a calmar las cosas en el corto plazo, pero no resolvería los problemas arraigados de un electorado dividido y las luchas entre la presidencia y el Congreso.

"Es una sopa tóxica, con una presidenta débil, un Congreso disfuncional, el presidente depuesto buscando generar una resistencia popular a su legítima destitución, el pueblo agitado y poca visión sobre cómo salir de este lío", agregó.

La Constitución peruana hace que sea relativamente fácil para una legislatura descontenta iniciar un proceso de destitución, mientras que la falta de partidos políticos dominantes -el mayor, Fuerza Popular, controla sólo 24 de los 130 escaños- significa que el acuerdo es escaso. La corrupción también ha sido un problema frecuente.

La única forma en que muchos peruanos sienten que pueden hacer oír su voz es en la calle. En los últimos días, manifestantes han bloqueado carreteras, provocado incendios e incluso tomado aeropuertos.

La policía ha sido criticada por grupos de derechos humanos por el uso de armas de fuego y gases lacrimógenos. Al menos siete personas, en su mayoría adolescentes, han muerto.

Hay ecos de las protestas de 2020, cuando miles de personas salieron a las calles tras la destitución del popular líder centrista Martín Vizcarra, que fue sucedido por el líder del Congreso Manuel Merino, quien tras la muerte de dos jóvenes se vio obligado a dimitir.

Castillo, menos popular pero con una base de apoyo en las regiones rurales que le ayudó a obtener una estrecha victoria electoral el año pasado, ha intentado avivar los ánimos desde la cárcel, donde se encuentra recluido mientras se le investiga por acusaciones de rebelión y conspiración.

El lunes, calificó a Boluarte, su ex vicepresidenta, de "usurpadora" en una carta escrita al pueblo peruano en la que afirmaba seguir siendo el líder legítimo del país.

"El pueblo no debe caer en su juego sucio de nuevas elecciones. ¡Basta de abusos! ¡Asamblea Constituyente ahora! ¡Libertad inmediata", escribió.

Boluarte, exmiembro del partido de extrema izquierda de Castillo, que se enemistó con su líder y criticó a éste tras su intento de disolver el Congreso, ha hecho un llamamiento a la calma en todo el país y ha prometido un Gobierno amplio. Pero enfrenta una dura realidad, atrapada entre los manifestantes y un parlamento hostil.



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