Muy Oportuno

Tiempo de dar gloria a Dios

2022-12-29

La familia de Nazaret es signo de fortaleza para todas las familias. Por eso, ante estos signos,...

Por | Lisseth Valenzuela Delfín

La gloria de Dios es el hombre vivo.

Ante los innumerables embates de esta nueva época por mutilar, distorsionar, cambiar y ensombrecer la imagen del ser humano y de la Navidad, los creyentes debemos celebrar con más fuerza al recién nacido Redentor del mundo. El Nazareno que desde el pesebre y junto a su familia, pone delante de nosotros la cruda experiencia de quien tiene que huir a causa del odio de los demás, pero que también nos muestra otros signos como: el rostro de una paternidad responsable en la persona de San José, que carga con su familia para darle protección, atención y cuidado; así como la abnegación de María dispuesta a entregarnos a su hijo para que también se cumpla en Él según su palabra. Por ello esperamos al Rey de la Gloria porque tenemos la certeza de que su Luz que se abaja para caminar entre nosotros, es la que nos da la posibilidad de alcanzar una vida plena y auténtica.

La Encarnación del Hijo de Dios es la que nos da testimonio de que Dios no abandona a sus hijos. El suyo es amor que no retrocede ante nada, por eso nos dio el regalo más grande que tenía -su Hijo- “a quien no conoció el pecado y que le hizo pecado por nosotros para que en Él fuéramos justicia de Dios” para revelar que el amor es siempre más grande que todo lo creado, porque “Dios es amor”. Y sobre todo el amor es más grande que el pecado, que la debilidad, que la “vanidad de la creación”, más fuerte que la muerte; un amor siempre dispuesto a aliviar y a perdonar, siempre dispuesto a ir al encuentro con el hijo pródigo, siempre a la búsqueda de la “manifestación de los hijos de Dios”, que están llamados a la gloria. Por eso al entregarnos a su único Hijo; ese Niñito pequeño, indefenso, que está entre las pajas de nuestro pesebre, nos devuelve el amor y la esperanza para que cuando experimentemos dolor ante las distintas situaciones diarias que pasamos podamos sentir la cercanía misericordiosa de Dios en el nombre de Jesucristo.

La familia de Nazaret es signo de fortaleza para todas las familias. Por eso, ante estos signos, debemos retomar el verdadero sentido de la Navidad y crear en nuestros hogares, una Estrella de Belén que ilumine con nuestro testimonio vivo el nacimiento de nuestro Rey.



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