Muy Oportuno

Femineidad: Mujercitas

2024-08-06

Se miran al espejo preguntándose si son muy gordas o muy flacas... es la hora de ayudarlas a...

Fuente: Encuentra

Niños de 7 a 12 años

Se miran al espejo preguntándose si son muy gordas o muy flacas... es la hora de ayudarlas a querer y respetar su cuerpo, y a entender el ser femenino en toda su grandeza.

Casi todos los papás creen que su hija es una princesa y caen rendidos a sus pies. Por eso les resulta natural verla peinarse coquetamente o vestirse de vuelos y cintas.

Si de la noche a la mañana esa misma niña reemplaza el color rosado por el gris, luce despeinada y sin gracia, los papás pueden creer que se trata sólo de la influencia de la moda actual.

Sin embargo, hay que estar alerta: a los diez años la niña ya comienza a mirarse al espejo con otros ojos; se pregunta si es bonita o fea, si gusta o no al resto de la gente, y su apariencia descuidada o por el contrario, su creciente coquetería puede estar reflejando el difícil proceso interior que ella está viviendo. Además, muy pronto vendrán las inevitables espinillas, las primeras fiestas, y entonces...

REFORZAR LO FEMENINO

Obviamente entre los 7 y los 12 años el hecho de ser niñita tiene mucha relación con el cuidado físico y la ropa. La coquetería y la ilusión por agradar son rasgos característicos de virtudes muy femeninas, como lo son también: mirar cada ambiente con sentido estético y afán de modificarlo, acoger con peculiar dedicación y cariño a la gente, lograr de las personas lo mejor de sí mismas a través de un trato encantador pero firme... Nuestra misión será ayudarle a descubrir y valorar ese tesoro, a desarrollarlo y enriquecerlo; a situar, en definitiva, la feminidad en su justo punto.

Es cierto que es el momento oportuno para enseñarle a sentarse bien o evitar la brusquedad. También para prevenir una coquetería excesiva, que le lleve a pretender llamar la atención todo el día... Pero no debemos quedarnos sólo en eso: hay que llegar al fondo y demostrarle que ser mujer es un don, un privilegio, y que ella puede y debe desarrollar su talento y genio femenino, pues los tiene en abundancia.

De ahí que a esta edad nos veamos ante el enorme desafío de estimular su desarrollo armónico en dos frentes: en el físico y el psicológico. Las clases de ballet, de gimnasia rítmica o su ropa y sus juguetes, son asuntos importantes, ya que le refuerzan su identidad femenina; pero las conversaciones con sus padres, las lecturas y temas que se le proponen para conversar y analizar también lo son.

VENDRÁN MOMENTOS DIFÍCILES

No ha nacido mujer sobre esta tierra que no quiera ser bonita. Los padres, sobre todo el papá, pueden ver a su hija con ojos de amor y no darse cuenta de que la pequeña que le parecía linda como un ángel comienza a entrar en una etapa muy complicada, en la que no es ni grande ni chica. Desgarbada, o más baja en relación al resto, o demasiado larga..., gorda o flaca, es objetivo que a esta edad las niñitas comienzan a poner nota a su físico. Es el momento de preparar el camino y enseñar a nuestra hija a querer su cuerpo, a respetarlo, a sacarle partido para verse linda, pero a la vez a valorar lo que lleva dentro.

El papel de las madres es vital a esta edad. Si la mamá no refuerza el amor propio de su hija, ¿quién lo hará? Lamentablemente muchas mamás quisieran que su hija fuera una preciosidad y al verla en esta edad complicada, lanzan frases de este estilo: "Era tan linda de chica, no sé qué le está pasando que engorda y engorda o "Es un desastrE, se llena de espinillas y parece que no le importa", o "Bueno, al menos es simpática". Aunque resulte difícil creerlo, las mamás dicen esto delante de sus hijas, ya sea creyéndose graciosas o como disculpándose frente al público.

No se imaginan el daño que causan a la niña. Por el contrario, si le reiteran que tiene un cabello precioso, o que sus ojos son almendrados aunque la niñita insista en quejarse por tener ojos de tiburón, lograrán que ella sienta que los demás la miran con amor. No debemos olvidar jamás que la adolescencia puede ser más o menos llevadera según los complejos o sufrimientos que se arrastren desde antes. Y que los modelos de mujer que la televisión y el cine proponen como "mujeres bonitas" pueden hacer sentirse fea a muchas niñitas.

En materia de modas habrá que insistir en dos aspectos clave: primero, que arreglarse no es síntoma de vanidad, sino una preocupación objetiva por los demás, que se alegran viéndonos lucir bien. Segundo, que ese arreglo se realiza sobre un cuerpo al que hay que respetar y hacer respetar. Si respetamos nuestro cuerpo, jamás le pondremos encima algo grosero o extraño. Si queremos que los demás lo respeten, no lo transformaremos a través de la ropa en un producto de atracción pública.

Es también tiempo de advertir a la hija que en la calle no siempre transita gente buena: una falda muy corta o un pantalón demasiado apretado pueden ser el comienzo de un mal rato para ella y para la familia. Pellizcos, manotazos, o comentarios chocantes muchas veces se deben a la ropa de una niñita de doce años.

MINUTOS DE CONFIDENCIA

A esta edad, la hija todavía admira incondicionalmente a su mamá. Cocinar con ella, acompañarla al supermercado, mirarla cómo se maquilla, son actividades que le fascinan y momentos que la madre debe aprovechar para propiciar confidencias.

Explicarle detalladamente, todo lo relativo a la menstruación. En esto, se debe llegar nuevamente al fondo: explicar que su cuerpo se preparará mes a mes para el milagro de la vida; que ese ciclo que se cumple mensualmente es una ocasión para meditar el sentido de la vocación femenina. Podemos invitarla a imaginar su futura familia, dejándole en claro que el matrimonio no es el único camino para una mujer.

Otro tema que ya debemos mencionar es el de su participación en el mundo del trabajo: hablarle de lo difícil que resulta a veces compatibilizar hogar y trabajo, que debe confiarse en que la sociedad ayudará cada vez más a la mujer a cumplir su papel en el mundo, pero que cada mujer debe tener claro que ella es el centro y el alma de su hogar. Podemos nombrarle profesiones, hablarle sin miedo de solidaridad, de servicio público, de entrega generosa a través de cualquier trabajo digno.

CONVERSE CON SU HIJA DE LOS SIGUIENTES TEMAS:

Los cambios físicos que se avecinan

Cuéntele a su hija que su cuerpo cambiará y que existe una etapa intermedia, antes de ser mujer hecha y derecha, en que las mujeres tienden a no estar a gusto con su apariencia. Por eso mismo deberá aprender a valorarse como ser humano y a descubrir las riquezas de su simpatía, generosidad... Si la naturaleza ha dotado de un físico espectacular... ¡humildad para no ponerse vanidosa y sabiduría para aprender a no llamar la atención sólo por el físico!

El amor y las fantasías

Las mujeres son evidentemente más románticas que los hombres y a los quince años sus intereses son distintos. Converse simpáticamente de este tema con su hija de 12 años: enloquecer de amor puede ser la peor alternativa en la adolescencia, más cuando la mayoría de los jóvenes de esta edad están preocupados de muchos otros temas antes que de las mujeres. Enséñele a valorarse , a no andar con el corazón en la mano, y a pulir el gusto a la hora de elegir un jovencito en el futuro... y futuro bien lejano.

El trabajo y la familia

La enseñanza media se acerca y es importante sembrar en esta etapa de la vida para cosechar grandes frutos después. Una mujer que ha estudiado y se ha esforzado en su adolescencia y juventud, está más capacitada para sacar adelante una carrera, ser buena profesional y optar a horario compatibles con una vida equilibrada.



JMRS