Ciencia, Tecnología y Humanidades
Sociedad del conocimiento
Ifigenia Martínez, El Universal
El concepto "sociedad del conocimiento" se utiliza ya internacionalmente. La importancia del conocimiento se evidencia en las continuas innovaciones y descubrimientos que ocurren en las más diversas ramas de las ciencias, la economía y demás actividades sociales. El mundo vive una revolución tecnológica que modifica continuamente las formas de producción, de consumo y de convivencia. En esta vorágine ha surgido una gran preocupación por los desajustes ecológicos y el cambio climático, fenómenos en los cuales influye cada vez más la actividad humana. Preocupa, entre otros, el aumento de la población, la persistencia del hambre y la canalización de cultivos a la producción de biocombustibles.
El término "sociedad del conocimiento" creado por el teórico empresarial Peter Drucker (La sociedad postcapitalista, 1974) coincidió con el despegue de Japón y los llamados "tigres asiáticos", que se agregaron al potencial económico de Estados Unidos y posteriormente de la Unión Europea. La expresión "economía del conocimiento" trató de diferenciar entre la antigua planta productiva industrial y los nuevos modos de producción fincados en el conocimiento, consecuencia de las innovaciones tecnológicas y la globalización, que requerían trabajadores educados, disciplinados y flexibles para adaptarse a los cambios en el consumo y en las formas de producción.
Con la caída del bloque socialista surgió el concepto de unipolaridad de Estados Unidos como sustituto del bloque bipolar formado con la anterior Unión Soviética. El ascenso de la Unión Europea y la consolidación de su moneda única el euro y la posterior aparición de potencias como Brasil, India, China y Rusia (por sus iniciales BRIC) conformaron un sistema integrado parcialmente gracias a las nuevas tecnologías de la comunicación, donde sobresalen la internet e innovaciones como YouTube y surgen continuos avances en la biotecnología, la medicina, la química, la nanotecnología, materiales sintéticos y otras áreas de gran potencial económico.
Sin embargo, cada día hay mayor preocupación por el cambio climático, por los riesgos de los cultivos transgénicos y por el peligro de fabricar sustancias que perjudiquen el ambiente, el clima y aun a la especie humana. Por tanto, "sociedad del conocimiento" no sólo significa colocar la información y el saber como pivotes de la producción económica, sino aprovecharlos para resolver serios problemas sociales y ambientales, elevar los niveles de vida y cultura de manera que los individuos, familias y sociedades lleven una vida cada vez más racional, satisfactoria y acorde con su entorno cultural, social y ecológico.
Hay que utilizar el conocimiento como instrumento liberador de carencias e insuficiencias económicas, pero también de sistemas políticos y jurídicos opresivos, y para ello la educación adquiere una importancia vital, pues el conocimiento tal como se difunde está contaminado por el consumismo: anuncios, historietas, imágenes con escaso sentido e inteligencia que atiborran los medios de difusión. De aquí la importancia de contrarrestar, mediante un sistema de educación pública e información, la difusión de discursos y representaciones que niegan y distorsionan las especificidades y diversidades culturales, que mediatizan la creatividad popular y amenazan al patrimonio étnico-lingüístico-cultural de las naciones y sus pueblos.
El sistema educativo en México es insatisfactorio para todos y requiere de una profunda revisión. El Reporte Global de Competitividad 2007-2008, del Foro Económico Mundial, ubica a nuestro país en el número 110 entre 127, debido a los magros resultados en los ámbitos del conocimiento que conforman lo que ellos califican como "competitividad económica". Consideran que "hace falta progresar en matemáticas y ciencias para realmente crecer en innovación, además de incentivar a los estudiantes a elegir carreras más técnicas que apoyen el desarrollo del país".
Tan grave acusación merece que nuestros humanistas y profesionales en diferentes campos realicen una revisión de todo el sistema educativo nacional para que, junto con las habilidades técnicas requeridas por la moderna economía, no se pierda el conocimiento filosófico, histórico y social que requiere un México moderno para construir un mejor país para todos.
Presidenta del Consejo Consultivo del Frente Amplio Progresista
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