Mercados Bursátiles

El Oro, más brillante que nunca

2008-08-02

José Manuel Rodríguez Solar

Exlusivo para "El Periódico de México"

La Fuga de capitales, los capitales golondrinos que vuelan de un lado a otro, las transferencias de dinero de banco a banco, la liquidación de valores e inversiones en los mercados bursátiles y financieros, la desconfianza en el sistema financiero mundial, son entre otras la causa de que la economía del mundo se encuentra en vilo. Así se ha revelado al final de las últimas cumbres mundiales que se han efectuado con la presencia de los más altos mandatarios y jerarcas de la economía y las finanzas.

Hace dos meses apenas vivimos el colapso de la Organización Mundial de Comercio (OMC) que resultó un rotundo fracaso y terminó en discusiones, alegatos y desacuerdos por la recesión pronunciada que amenaza a todos los países y por el desbasto mundial de alimentos, amén de los pronósticos pesimistas sobre la crisis por los altos precios del petróleo, de la que solo ha salido ganando la ecología por la disminución significativa de la contaminación. 

Los mercados bursátiles, como termómetro de las economías, subieron de temperatura y las bolsas de valores nuevamente se derrumbaron. En México la devaluación de las acciones de las empresas bursátiles representa a la fecha una disminución patrimonial de más de $300 mil millones de pesos durante el transcurso de este año. En los Estados Unidos se pierde uno en las estimaciones. En opinión del financiero y multimillonario George Soros el rescate de las gigantes hipotecarias costará más de 100 mil millones de dólares a los  por lo que se tendrán que enfrentar otras crisis en el sistema financiero (https://elperiodicodemexico.com/nota.php?id=180739&fecha=2008-07-15) Especialistas ven el plan de rescate como una "espada de doble filo" con efectos al corto plazo y repercuciones severas en los mercados financieros y bursátiles del mundo global.

Mientras son peras o son manzanas, mientras los mercados no se calmen y no termine el alboroto y pánico que están causando los bancos,  financieras e hipotecarias -al borde de la quiebra-, mientras esto no suceda y no vuelva la calma, los inversionistas seguirán buscando un refugio seguro para su dinero, fuera de las tempestades financieras y bursátiles, y por ello están encontrando en el  oro el "refugio ideal", tanto así que la demanda ha hecho que la cotización de una Onza Troy (31.10 gramos de oro puro) rebase la barrera psicológica de 1,000 dólares.

Bajo esta lógica financiera el oro se impone, sigue y seguirá siendo tradicionalmente como la mejor y la más valida opción frente a épocas como ésta que vivimos:  en que la confianza de los inversionistas en el sistema financiero se ha perdido. Las empresas bursátiles tampoco responden con buenos estados financieros y menos ahora. La muestra la tenemos con la empresa que fue el símbolo del imperialismo mundial como es la General Motors que está al borde de la "bancarrota" por los efectos de la recesión en el sector automotriz y el "boom" del sector energético, aparte de la debacle financiera.

Sobre las monedas que vemos devaluándose día con día hay que mencionar que en la práctica no se devalúan entre sí, una con otra, más bien fluctúan, suben y bajan y se mantienen sobre estos mismos niveles si las compramos entre ellas; más bien, la devaluación no sólo del dólar, sino de todas las monedas, es realmente -en forma destacada- frente a los metales y materias primas: el oro, la plata, el platino; los granos y semillas, los alimentos, el petróleo y el gas y la gasolina. El dinero se devalúa por la inflación necesaria y lógicamente, menos frente al oro que se revalúa por ella.  Las cotizaciones actuales de las monedas frente al oro son la evidencia de la devaluación que sufren las monedas frente al oro como patrón de todas ellas.

Simplemente basta señalar  aqui en México hace 3 años un Centenario (37.5 gramos de oro),  se compraba con solamente 5,800 pesos y hoy ha llegado a valer casi $ 15,000 pesos, lo que equivale al 158 por ciento de reevaluación (casi tres veces su costo en el 2005), mientras que el dólar apenas y se ha revaluado un 20 por ciento en este lapso de tiempo, cuando la situación no era alarmante ni de pánico en los mercados financieros. Ninguna otra inversión de renta fija ni variable ha dado rendimientos mayores que los del oro.

De tal forma y como conclusión ninguna moneda aparece tan segura como el oro, especialmente en esta época en que comienzan las verdaderas turbulencias y cuando la crisis apenas comienza.  Cuando los mercados se tambalean y las monedas se devalúan el oro florece como la estrella más floreciente en medio de una noche obscura como son las expectativas de la economía mundial, así de sombrías.

Por último vale la pena decir que la inversión en los métales, el oro o la plata, debe verse siempre con la expectativa de largo plazo, como un refugio y protección del dinero frente a la inflación y la devaluación que sufren las monedas. No debe verse como una inversión especulativa ni de corto ni mediano plazo. Es la forma tradicional más segura de conservar el valor adquisitivo de nuestro patrimonio y defendernos de la inflación y las devaluaciones. Sería muy arriesgado invertir en Oro el dinero que nos sobra o no nos hace falta de momento pero que podemos necesitar en cualquier situación imprevista. Entonces  nos arriesgamos a perder o no ganar lo suficiente si las cotizaciones en el mercado no son favorables. Pero al largo plazo no hay inversión probada más segura que el rey de los metales, el Oro.



JMRS

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