Internacional - Política

Gobierno declarará el estado de excepción sólo si peligra la seguridad

2010-03-14

En caso contrario, los manifestantes amenazan con extenderse por otras áreas con el objetivo...

Bangkok, (EFE).- El primer ministro de Tailandia, Abhisit Vejjajiva, manifestó hoy que declarará el estado de excepción en Bangkok sólo en caso de que peligre la seguridad durante las manifestaciones antigubernamentales.

"El Gobierno actuará de forma rigurosa y sólo declarará el estado de excepción en caso de necesidad y urgencia", afirmó Vejjajiva en un mensaje televisado.

La medida da al Ejército poder para hacerse con el control de la seguridad en caso de disturbios en la capital tailandesa, donde más de 80,000 detractores exigen en las calles la inmediata disolución del Parlamento y elecciones anticipadas.

En caso de aplicarse el estado de excepción, el Gobierno puede anular el derecho de asamblea pública y el cierre de aquellos medios de comunicación locales que "inciten a la violencia".

La Policía calcula que el número de "camisas rojas", llamados así por el color de su indumentaria, alcanzará los 100,000 debido a la continua afluencia de manifestantes al lugar de la concentración, situado en el casco viejo de la metrópolis.

El primer ministro Vejjajiva reiteró que un golpe de Estado empeorará todavía más la crisis política en la que Tailandia está sumida desde la asonada militar de 2006.

"Si hay un golpe de Estado, este Gobierno será desalojado del poder y los manifestantes tendrán que continuar con las protestas, supondrá agravar el conflicto", apuntó el jefe del Ejecutivo.

Los cabecillas de la protesta organizada por el Frente Unido por la Democracia y contra la Dictadura, la plataforma del ex primer ministro depuesto Thaksin Shinawatra, han dado un ultimátum al jefe del Ejecutivo para que durante el día de hoy anuncie la disolución del Parlamento y la celebración de elecciones anticipadas.

En caso contrario, los manifestantes amenazan con extenderse por otras áreas con el objetivo de paralizar la metrópoli.

"Queremos que devuelva el poder al pueblo", sentenció uno de los líderes, Jatuporn Prompan, que a su vez aseguró que las protestas se desarrollarán de manera pacífica y que no tratarán de ocupar la sede del Gobierno o los aeropuertos.

No obstante y a raíz de que los líderes del Frente anunciasen que planean celebrar también una manifestación ante el cuartel en el que el primer ministro se reunirá con los altos mandos de las Fuerzas Armadas y Policía, el jefe del Ejército, general Anupong Paochinda, ordenó reforzar la seguridad con otros 6.000 efectivos, señaló el portavoz militar, coronel Sansern Kaewkamnerd.

"No sorprende que el Gobierno pretenda declarar el estado de excepción, pero ni siquiera esa ley impedirá que los camisas rojas nos manifestemos", dijo Natthawut Saikua, otro destacado dirigente del Frente.

A primeras horas del día, se reanudó el flujo de familias enteras que ataviadas con prendas de color rojo se sumaron a la protesta, que de momento, se centra en una zona de la parte vieja de la urbe, donde la organización ha levantado un escenario, e instalado puestos de camisetas, comida y bebida.

Decenas de seguidores de Shinawatra procedentes del norte y el noreste del país continúan llegando a la capital en caravanas de coches y hasta por barco navegando el río Chao Praya, que cruza la capital tailandesa.

Las calles de la capital permanecen en tensa calma, aunque se pueden escuchar los bocinazos que dan grupos espontáneos de vehículos, sobre todo taxistas, para expresar su apoyo a Shinawatra, depuesto mediante un golpe de Estado militar en 2006.

Las autoridades han desplegado en Bangkok más de 50,000 efectivos de la Policía y el Ejército para evitar que se repitan incidentes similares a los ocurridos el pasado abril, cuando dos personas murieron y más de 120 resultaron heridas durante otra protesta de los "camisas rojas".

Shinawatra, un ex policía que se convirtió en magnate de la comunicación, consiguió ganarse a las clases bajas y el medio rural del norte y el noreste con un discurso populista, así como la ampliación de los servicios sanitarios y prestamos a bajo interés.

Siempre contó con la oposición de la mayor parte de las clases medias urbanas, así como la elite cercanas a la monarquía y el Ejército.

El pasado febrero, el Tribunal Supremo se incautó de 1,391 millones de dólares del total de 2,315 millones que el Estado ordenó inmovilizar en las cuentas de Shinawatra y las de sus familia tras la asonada por presuntas irregularidades.

Esta manifestación es otro episodio de las crisis que arrastra Tailandia desde la asonada contra Shinawatra, quien se dirige a sus seguidores por videoconferencia desde el exilio.



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